La llegada de un nuevo modelo M siempre es motivo de alegría para los amantes del motor. La división se la antigua Serie 3 de BMW en los actuales Serie 3 y Serie 4 Coupé trajo consigo el nacimiento del nuevo M4 y, para redondear la oferta, la marca alemana nos presenta el M4 Carbio.
Partiendo de la base de su hermano cerrado, presenta todos los rasgos de identidad vistos en los M de nuevo cuño: capó surcado por marcados nervios, kit de carrocería, pasos de rueda ensanchados, llantas de aleación ligera de 18 pulgadas (19 de manera opcional) y retrovisores exteriores de doble soporte. Sin embargo añade un carácter propio con su capota rígida abatible de tres partes, sin montante B, que goza de aislamiento térmico y acústico en su interior y se abre o cierra con solo pulsar un botón en 20 segundos y a velocidades de hasta 18 km/h.
Siguiendo la tendencia actual, los ingenieros se han centrado en la reducción de peso, para lo que se han empleado materiales ligeros en su construcción. El capó, los pasos de rueda delanteros y muchos componentes del chasis son de aluminio, mientras que otras partes están hechas de plásticos reforzados con fibra de carbono (CFRP), que combinan rigidez y resistencia con la ligereza.
El motor del M4 Cabrio es el mismo que emplean M3 y M4 Coupé, un bloque 3.0 M TwinPower Turbo de seis cilindros que entrega 431 CV de potencia y 550 Nm de par máximo. Si se combina con la transmisión opcional M de siete velocidades y doble embrague hace el 0-100 km/h en 4,4 segundos. La marca homologa un consumo combinado de combustible de entre 9,1 y 8,7 l/100 km; con unas emisiones de CO2 de 213–203 g/km.
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