Montar una maqueta de coche es una de esas aficiones que nunca pasan de moda. Lo que antes parecía un pasatiempo infantil se ha convertido en una actividad que muchos adultos reivindican como una forma de desconectar, concentrarse y, de paso, presumir de su coche favorito en versión mini.
No hace falta tener un garaje lleno de herramientas ni un presupuesto de coleccionista: basta con paciencia y algo de destreza manual. Hay opciones para todos los gustos: desde deportivos míticos hasta clásicos de los años setenta o modelos de competición. Cada uno ofrece una experiencia distinta, pero todos comparten algo en común: el placer de construir algo con tus propias manos. Y una vez terminado, el resultado no se queda guardado en una caja, sino que luce como una pequeña obra de arte sobre la estantería o el escritorio.
Más información
A diferencia de los sets de Lego, que encajan sin herramientas y ofrecen una experiencia inmediata y limpia, las maquetas de Revell apuestan por un montaje más artesanal: requieren pegamento, pintura y algo de paciencia. Es un proceso más pausado y técnico, pensado para quienes disfrutan del detalle y del acabado realista. Cada modelo puede llevar varias horas, pero el resultado (con carrocerías precisas, interiores completos y piezas móviles) recompensa con creces el esfuerzo.
Lamborghini Countach
El LEGO Speed Champions Lamborghini Countach es una puerta de entrada ideal a este mundo. Su diseño captura las líneas angulosas del icónico superdeportivo de los ochenta y se monta fácilmente, sin herramientas. Incluye una minifigura de piloto y, una vez terminado, luce perfectamente como pieza decorativa o como parte de una colección de coches en miniatura. Su precio es de 38,48 euros.
Shelby Mustang GT 350 H
Para los que buscan un reto mayor, el Revell Shelby Mustang GT350 reproduce a escala 1:24 uno de los muscle cars más famosos de la historia. Su montaje implica trabajar el chasis, el motor y los detalles del interior, lo que exige precisión y un poco de práctica con el pincel. Un modelo ideal para los que quieren pasar del simple encaje al verdadero modelismo. En Amazon está por 34,16 euros.
VW T1 Camper
Otro clásico de Revell es el Volkswagen T1 Camper Van, la legendaria furgoneta hippie de los años sesenta. Su nivel de detalle es notable: incluye mobiliario interior, molduras cromadas y la posibilidad de personalizar colores y acabados. Un proyecto perfecto para disfrutar del proceso sin prisas y por un precio muy asequible: 37,62 euros, aunque a este hay que añadir las pinturas y elementos para cortar y limar las piezas antes de pintarlas.
Ducati Superleggera V4
Quien prefiera las dos ruedas encontrará en la Ducati Superleggera V4 de Tamiya un desafío apasionante. Este kit en escala 1:12 recrea la moto más potente de la marca italiana con una precisión extraordinaria: suspensión, carenado en fibra y hasta el colín desmontable. Exige pulso y tiempo, pero el resultado roza lo profesional. Su precio: 51,25 euros.
Citroën 2CV Charleston
Y para los amantes de los coches más entrañables, el Citroën 2CV Charleston de Revell ofrece todo el encanto del clásico francés. Su carrocería bicolor y el nivel de detalle del motor y el interior lo convierten en una pequeña joya del modelismo europeo. Se puede encontrar en Amazon por un precio que ronda los 45 euros.
El Motor participa en programas de afiliación y recibe comisiones por las compras realizadas a través de enlaces. Los precios de los productos corresponden a la fecha de publicación del artículo.
En definitiva, montar maquetas es una forma de volver a disfrutar del tiempo y del trabajo manual. Lego ofrece diversión inmediata y resultados impecables; Revell y Tamiya, el placer del detalle y la satisfacción de construir algo realmente propio. En ambos casos, el regalo ideal para quienes sienten pasión por los coches y buscan algo más que un simple pasatiempo.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram
Este Bugatti a escala de colección vale lo mismo que un Porsche Macan
La máquina expendedora de Ferrari: así se compra un coche como si fuera un refresco 




