No es de Mattel, no es de color rosa chillón y definitivamente no está pensado para niños, pero Lexus ha intentado que la decepción por no tener monopatines voladores en 2015 sea menos gracias a su Hoverboard.
El proyecto, una maniobra de marketing (no nos engañemos), dio en el clavo cuando se presentó hace un par de meses, apelando a la nostalgia de muchos y colocando a la marca como una empresa vanguardista que busca abrir nuevos caminos. Un claro ejemplo es uno de los lemas que acompañaban a la tabla “It’s just a matter of figuring how” (Es solo una cuestión de averiguar cómo).
La cuestión es que ya desde los primeros teasers a más de uno (yo incluido) se le puso una sonrisa de oreja a oreja en la cara, y, cuando finalmente se mostró el vídeo oficial que podéis ver debajo, (¡volando incluso por encima del agua!) la felicidad era máxima.
Sin embargo, y es que parece que siempre tiene que haber un pero, tiene su truco. No es que el Hoverboard no flote, que lo hace y se mantiene a un par de centímetros del suelo; pero lo consigue gracias a la levitación magnética. Esto significa que solo ‘vuela’ sobre superficies metálicas.
La pista en la que se grabó el vídeo, al menos los tramos por los que se desplaza el invento, contaban con un fondo debajo del suelo hecho de metal, lo que permitía la levitación.
Sí, es un chasco y no es lo que todos imaginábamos de pequeños al ver a Marty McFly, pero menos da una piedra, ¿no?
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