Opel alcanzó los 238 km/h… hace ya 90 años

El Opel RAK 2, propulsado por 24 cohetes, logró este récord de velocidad en 1928.

Opel RAK 2

Propulsión por cohetes.

En la actualidad se habla de velocidades puntas superiores a los 180 km/h con una facilidad pasmosa. No pocos son los modelos que de serie están limitados electrónicamente a 250 km/h, y  en el terreno de hiperdeportivos las cifras alcanzan sin pudor los 400 km/h. Es una muestra de la enorme evolución que ha experimentado la industria del motor en su relativamente corta vida, pero ya desde sus comienzos había quien buscaba ir lo más rápido posible.

Eran pioneros, además de personas con un valor enorme ya que las condiciones de seguridad y la tecnología existente parecían una broma comparadas con las actuales. Pero aún así, apostaban y se jugaban la vida para conseguirlo, recurriendo a las soluciones que hicieran falta para conseguir su meta. Hace 90 años, Opel entró en los libros de historia con su Opel RAK 2, con una historia  de lo más curiosa.

Corría 1927  cuando la tecnología de los cohetes estaba en sus albores, pero desarrollada lo suficiente como para picar la curiosidad de Fritz von Opel (nieto del fundador de la compañía), que no tardó en unirse a Max Valier para crear un coche propulsado por la misma.

En marzo de 1928 comenzaron a realizarse pruebas con los primeros prototipos, siendo en abril cuando el Opel RAK 1 consiguió pasar de 0 a 100 km/h en 8 segundos. Montaba dos alas en los laterales para mejorar la estabilidad y estaba impulsado por 12 cohetes que utilizaban 40 kilos de explosivos. La prueba mostró la viabilidad de esta tecnología para la automoción, pero vista la buena acogida por parte de público y prensa, decidieron ir un paso más allá.

Si el RAK 1 llevó a cabo sus test en el circuito de pruebas de Opel en Rüsselheim, este se quedaba corto para llegar a mayores velocidades, por lo que el Opel RAK 2 se testó en el de Avus en Berlín, ya que contaba con dos largas rectas.

Este segundo modelo evolucionaba y mejoraba en todo a su predecesor: medía 4,88 metros de largo, pesaba 560 kilos, no tenía ni motor ni transmisión, había optimizado su aerodinámica, las alas eran más grandes y estaba propulsado por 24 cohetes. Todo auguraba un éxito que se hizo realidad cuando con Fritz von Opel al volante, consiguió alcanzar los 238 km/h delante de 3.000 espectadores.

El protagonista explicó así la experiencia al bajarse del vehículo: “He pisado el pedal de ignición y los cohetes han rugido detrás de mí y me han lanzado hacia delante. He vuelto a pisar el pedal, luego otra vez y se apoderó de mí una especie de furia al hacerlo una cuarta. Ha desaparecido todo lo que había a mis dos lados. La aceleración me produjo una gran excitación. He dejado de pensar. He actuado únicamente por instinto, mientras que unas fuerzas incontrolables rugían detrás de mí”.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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