La noticia de que las gasolineras de París han dejado de servir gasóleo parece el inicio de una serie de iniciativas que se irán extendido por Europa en los próximos años. El 2025 está muy cerca y es una de las fechas claves en la descarbonización de la UE.
Y es que el año que viene se ajustan más todavía las emisiones de CO2 que pueden registrar los vehículos vendidos por los fabricantes, a 95 gramos por kilómetro. Para conseguirlo habrá varios mecanismos, pero uno sin duda es impulsar los vehículos electrificados en detrimento de los térmicos.
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Ahora, otro país más se ha sumado en esta cruzada contra el gasóleo. No ha prohibido servir diésel en sus gasolineras urbanas, si no que ha planeado toda una serie de tasas que irán encareciendo el precio de este combustible y, por lo tanto, afectando directamente a los conductores de este tipo de vehículos.
El gobierno de Italia ha explicado estos días cómo se va a aplicar esta nueva tasa al diésel. El viceministro de Infraestructuras y Transporte italiano, Edoardo Rixi, se ha encargado de detallar este plan aprobado por el gobierno de Meloni, quien precisamente ha hecho parte de su campaña criticando los impuestos a los carburantes.
Equiparar los impuestos del diésel y la gasolina
El quid de toda la cuestión es equiparar, fiscalmente hablando, la gasolina y el gasóleo. Las tasas en Italia han sido más benevolentes con el diésel que con la gasolina y, ahora, el gobierno quiere corregir la situación a costa de los conductores. Los únicos que se libran van a ser los profesionales dedicados al sector del transporte terrestre.
Es decir, que irán aumentando las tasas aplicadas sobre el diésel, algo que repercutirá en el precio final del combustible en la gasolineras de Italia. Según explicó el viceministro, el plan es ir aplicando subidas graduales durante los próximos años. Ahora mismo, los impuestos sobre el diésel son de 62 céntimos, mientras que en la gasolina son 73.
Así, en Italia se va a aumentar un céntimo por año las tasas sobre el diésel, para que el impacto en el bolsillo de los consumidores no sea tan brusco. Esta operación durará hasta el próximo 2030 y la idea es bajar, al mismo tiempo, los impuestos sobre la gasolina hasta que cambos combustibles queden igualados. Eso sí, se calcula que el impacto de esta nueva tasa sobre el diésel será de aproximadamente tres mil millones de euros.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.