Los radares son necesarios para mantener la seguridad vial. No obstante, en algunos países se llega a abusar de ellos y se acusa a las autoridades de pensar en el afán recaudatorio antes que en prevenir accidentes.
Así sucede en Italia, el país de Europa donde más radares o autovelox hay instalados en las carreteras. En el listado mundial, se queda en tercera posición, solo superado por Rusia y Brasil, donde hay un total de 18.421 y 17.614 cámaras de velocidad, respectivamente.
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Las últimas estadísticas de la web especializada SCDB.info hablan de 11.238 aparatos de control de velocidad. En el resto de Europa, la lista sigue con Reino Unido (7.799), Alemania (4.690), Francia (3.745), Bélgica (3.179), Suecia (2.466) y España (2.268).
Estas cifras indican que el 17% de los dispositivos de control instalados en territorio europeo, incluidos radares fijos y de tramo, además de cámaras de semáforo, está en Italia.
La recaudación de los radares en Italia, disparada
Pese a la elevada presencia de radares, las cifras de siniestralidad en el belpaese no han mejorado. Los datos consolidados del 2022 muestran un incremento del 9,9% de las víctimas mortales en accidentes de tráfico: 3.159 personas fallecidas.
El malestar de la población italiana hacia estos autovelox es notable, aunque las opiniones están divididas. Durante los últimos meses se han conocido historias de ciudadanos avasallados por multas de tráfico, por un lado, y defensores de los radares, por otro. No se puede pasar por alto, sin duda, la figura de Fleximan y su lucha contra las cámaras de velocidad, que no tardó en saltar a los medios internacionales.
El Gobierno italiano también quiere poner ciertos límites a los radares de velocidad. El año pasado, se detectaron unos ingresos por multas de velocidad de más de un millón y medio de euros en los ayuntamientos. Según las informaciones italianas, esta cifra muestra un crecimiento de casi el 24% en comparación con los ingresos del 2019, lo que hizo saltar las alarmas estatales.
Una reforma que no llega
Al igual que sucede en España, en Italia los ayuntamientos pueden instalar cámaras de control de velocidad dentro del término urbano. Como explican los periódicos italianos, los consistorios más pequeños son los que más se benefician de esta práctica. En algunos casos, la recaudación por multas de tráfico ha crecido en un 50% en comparación con 2019.
Desde hace 14 años se espera una reforma del código de circulación italiano que estipule dónde, cómo y en qué condiciones de gestión puede instalarse un radar. Sin embargo, como explica la asociación de defensa del consumidor Codacons, todavía no se ha publicado el necesario decreto que regule los autovelox. Carlo Rienzi, el presidente de la asociación, apunta a los ayuntamientos más pequeños como los culpables, ya que “han hecho de todo para retrasar su aprobación”.
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