Las exigencias regulatorias de la Unión Europea sobre las emisiones de los automóviles a partir del próximo 1 de enero colocan a la industria en una compleja tesitura. Así lo ha confirmado Josep María Recasens como presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), durante su exposición del balance 2024 del sector en España.
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El también presidente de Renault Group Iberia ha advertido de los riesgos que acarreará el incumplimiento de los límites de CO2 desde 2025 (93,6 gramos por kilómetro frente a los 111,5 gramos actuales), tanto en lo referente a la industria como a la distribución. La automoción europea podría verse obligada a satisfacer multas por 15.000 millones de euros en esta circunstancia, con las consecuencias demoledoras para sus negocios.
Recasens confía en que, desde Europa, se flexibilicen las exigencias antes de la entrada en vigor de la conocida como normativa CAFE (por las siglas en inglés de Clean Air For Europa (aire limpio para Europa), aunque en todo caso las marcas deberán realizar un esfuerzo titánico para reducir las emisiones medias de sus productos. Y las fórmulas para cumplir con la legislación son limitadas: vender más automóviles eléctricos… o poner en las calles menos unidades de combustión.
El directivo español estima que, aproximadamente, la matriculación de cada coche eléctrico permite hacer lo propio con cuatro de combustión sin penalización. Por ello considera que el objetivo para el próximo ejercicio debería ser vender 100.000 automóviles sin emisiones, por lo que desde ANFAC trabajan para que exista una prorroga del Plan MOVES III e incluso, idealmente, se implementen nuevas ayudas más directas para el consumidor y, por tanto, más eficaces.
Ese volumen de eléctricos supondría en torno a un 10% del mercado español total, cifra que duplicaría la penetración actual de esta tecnología, aunque también lejos del 20% que sería lo ideal. Si el desafío no se cumple, lo más probable es que las marcas ralenticen la venta de coches de combustión, persiguiendo con ello que el incremento de emisiones correspondiente no se traduzca en multas millonarias.
Sin coches disponibles
A medida que avance el nuevo ejercicio, las marcas y sus concesionaros deberán evaluar sus derechos de emisiones y a qué niveles lo acabarán, dependiendo en gran parte del ritmo de coches 100% eléctricos principalmente, aunque también de los híbridos enchufables.
Si las expectativas se encuentran lejos de los objetivos, la siguiente estrategia pasará por limitar la venta de coches térmicos. Obviamente se trata de una decisión delicada que afectará a los resultados financieros de las empresas, pero menos gravosa que asumir sanciones elevadísimas.
Es así como los clientes que busquen modelos de combustión pueden encontrarse con desabastecimiento de ellos o largos plazos de entrega, además de una política comercial de los concesionarios que priorice la compra de eléctricos. Algo inviable para muchos usuarios por el precio todavía elevado de esta alternativa o ante la imposibilidad de instalar un punto de carga en sus domicilios.
Por este motivo, desde ANFAC también consideran prioritario que se dinamice la puesta en marcha de puntos de recarga pública. Al respecto, Recasens marca para 2025 el objetivo de llegar a los 90.000 cargadores activos, de manera que los compradores puedan percibir que los problemas para realizar esta operación dejan de ser limitantes para la movilidad personal.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.