Según la Dirección General de Tráfico (DGT), si un coche pasa 2,5 horas al sol sin ventilación o climatización, la temperatura del interior puede ser un 88% mayor que la del exterior. Razón por la que algunos elementos (metálicos, plásticos y cueros) pueden superar los 70 grados, el reposacabezas puede llegar a los 67 y los asientos a los 54.
Teniendo en cuenta estas cifras, los conductores no sólo deben ser precavidos al volante: también cuando se bajan del coche. Y es que hay algunos objetos que se deben sacar del habitáculo cuando llega el calor para evitar problemas.
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Protector solar
En esta época del año, es habitual llevar protector solar en el coche. El sol es importante porque proporciona nutrientes esenciales como la vitamina D, pero los expertos recuerdan que exponerse a sus efectos tiene repercusiones para la salud.
La única forma de hacer frente a los efectos negativos del sol es con un protector solar, que se convertirá en una barrera contra los rayos UV/UVA. La radiación puede dañar la piel, incluso, en invierno. Por eso, nunca debe faltar y, además, debe conservar sus propiedades.

Igual que ocurre con los medicamentos, que deben ser conservados en determinadas condiciones, estas cremas deben almacenarse correctamente para mantener su eficacia. Los primeros, por ejemplo, no pueden estar a más de 25 grados. Superada esa barrera pueden ser menos efectivos e, incluso, volverse nulos.
Si el interior o el maletero del coche alcanza una elevada temperatura, el envase del protector solar puede explotar debido a la presión del calor. Y si resiste, es aconsejable sustituirlo por un nuevo protector porque su aplicación podría ser inútil.
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