A la hora de poner a punto el coche, en lo que a limpieza e higiene se refiere, los conductores tienen varias opciones disponibles, mayoritariamente, en las gasolineras: usar las pistolas con agua a presión o meter el vehículo en una máquina. Ambos lugares son escenarios perfectos para desastres virales.
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Un despiste en una máquina de autolavado puede salir muy caro y el vídeo de este conductor es el mejor ejemplo de ello. A pesar de que no se puede abandonar el vehículo cuando el proceso de limpieza ha comenzado, el hombre hizo caso omiso de la prohibición.
Salió del coche y abrió la puerta trasera… mientras el arco de lavado avanzaba. Cuando se quiso dar cuenta, la máquina ya estaba a su altura y comenzó a empujar a ambos. El conductor pudo zafarse para intentar detener el lavado: las imágenes no desvelan si lo consiguió y tampoco cómo acabó el coche.
Un fatídico lavado integral
A principios de verano, una joven se hizo viral gracias al lavado integral de su coche: tanto es así que el vídeo que subió a TikTok acumuló más de 14 millones de visitas. ¿La razón? No sólo puso a punto el exterior: también el interior.
Sí, la propietaria de este Fiat Panda lavó el habitáculo de su coche con la pistola a presión. El resultado final estaba lejos de sus expectativas: no consiguió acabar con la suciedad y, al no eliminar la humedad, empezó a oler mal. Tras recurrir a una empresa de limpieza especializada, también tuvo que visitar el taller porque el vehículo no arrancaba.
¿Se pueden reclamar los daños?
Cuando un coche sufre daños en este tipo de instalaciones durante el proceso de lavado, ¿quién se hace cargo? La empresa tiene la obligación de responsabilizarse de todo.
El conductor debe presentar una reclamación por escrito adjuntando un presupuesto de reparación. En caso de que esta fórmula no prospere, habría que estudiar la conveniencia de ir por la vía judicial.
No siempre la culpa de los desperfectos en un vehículo la tiene la empresa que presta el servicio. Los conductores deben hacer un buen uso de las instalaciones. En cualquier caso, si el vehículo resulta dañado, la empresa es la que tiene que demostrar que no ha sido causado por el túnel de lavado y sí por la negligencia del cliente.
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