Rafael Prieto, director general y vicepresidente ejecutivo de Peugeot España y Portugal, ha sido elegido nuevo presidente de Anfac, la patronal de los fabricantes de automóviles. Un sector que, según estimaciones de la propia entidad, aporta un 10% al PIB. Prieto ocupará el cargo durante un año y sucede en el mismo a José Manuel Machado, presidente de Ford España. La presidencia de Anfac la ocupan por turno los primeros ejecutivos de las 11 marcas presentes en la Junta Directiva, que representan el 80% del mercado de vehículos en España y el 100% de los vehículos que se fabrican en el país. Hay un puesto más en la junta, el de Mario Armero, vicepresidente ejuctivo de la entidad, que no entra en la rotación.
Madrileño de 50 años, Rafael Prieto estudió Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Autónoma de Madrid, y entró en el grupo PSA Peugeot Citroën en 1989 como coordinador de vendedores. Desde entonces su ascenso en la compañía francesa ha sido imparable. En 2006 fue nombrado director mundial de la márketing de Peugeot y miembro del Comité Ejecutivo mundial de la marca, puesto este último que aún ocupa. En 2010 fue nombrado director general para el sur de Europa. Y desde abril de este año es director general y vicepresidente ejecutivo de Peugeot España y Portugal.
Prieto llega a la presidencia de Anfac en un momento a la vez dulce y amargo para la industria del automóvil española, con un tremendo desplome del mercado doméstico de vehículos (en 2012 se vendieron en España 699.076 turismos, un 13,4% menos que en 2011 y una cifra similar a la de 1986), pero con las fábricas españolas ganando la batalla por adjudicarse nuevos modelos y recibiendo cuantiosas inversiones. En medio de la devastadora crisis económica, las fábricas españolas han logrado más de 3.000 millones de euros de inversiones en el último año para producir nuevos modelos y generar miles de puestos de trabajo. Y se espera que en los próximos meses entren 1.000 millones más.
Prieto deberá liderar el Plan Tres Millones, que presentó la Anfac en noviembre del año pasado. En él, los fabricantes lanzan cien propuestas, que afectan a siete ministerios, con el objetivo de elevar la producción anual de coches en España a los tres millones de unidades. Las medidas, que podrían dar su fruto en 2017, requieren una inversión pública de 500 millones de euros y, según sus cálculos, elevarían en un punto el PIB y crearían 73.000 empleos.
Rafael Prieto apuntaba, en una entrevista reciente a EL PAÍS, algunas de las claves que, a su juicio, colocan a España (segundo fabricante de coches de Europa y duodécimo del mundo) en la vanguardia de la producción de coches. “Hemos logrado tener mano de obra muy cualificada con grandes progresos en productividad individual. España lo ha hecho muy bien, porque tenía que compensar el hándicap geográfico de ser periférica en Europa. El desposicionamiento logístico ha hecho mejorar en otras áreas”.
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