Sin comerlo ni beberlo, el Renault Twingo se ha convertido en una estrella. ¿El motivo? Ha aparecido en el ‘BZRP Music Sessions #53’, en el que el conocido productor musical ha colaborado con Shakira.
La cantante ha aprovechado la ocasión para mandar una serie de indirectas (y directas) a su expareja, Gerard Piqué, y en una de ellas afirma: “Cambiaste un Ferrari por un Twingo”, aludiendo a que su actual compañera sentimental no está a la altura de la propia Shakira.
La cuestión que interesa aquí es que se habla con cierto desprecio del modelo francés, tildándolo de un vehículo menor o de mala calidad, cuando en realidad se trata de un vehículo que en su día fue revolucionario. Y que, además, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos transformándose por completo. Así ha evolucionado el Renault Twingo.
El Twingo original, un nombre musical
La génesis del Twingo se encuentra a finales de los años ochenta, pero no fue hasta el Salón de París de 1992 cuando Renault lo presentó. Y causó sensación desde el primer momento.
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Renault estaba en una época de cambios y el utilitario fue uno de los primeros proyectos de esta nueva era. Eso dio lugar a un modelo de dimensiones compactas, pero que buscaba ofrece una gran habitabilidad, lo que resultó en un diseño abombado y redondeado, de carácter amable y que se combinó con colores de carrocería llamativos para atraer a un público joven.
Era algo que también quedaba patente en su interior, con una tapicería con estampado desenfadado y con la particularidad de que sus asientos podían tumbarse hasta formar una cama. Los materiales eran sencillos, como el coche en general, que se lanzó solo con una mecánica de gasolina de 55 CV.
Como curiosidad, sobre todo teniendo en cuenta el motivo por el que ha renovado su popularidad, su nombre surge de la conjunción de tres estilos musicales: twist, swing y tango.
Una segunda etapa menos original
El Twingo original fue un modelo bastante longevo, pues se estuvo fabricando hasta el año 2007. En ese momento apareció su relevo, que optó por un formato más convencional de utilitario de tres puertas y cuatro plazas que, en cierto modo, perdió el carisma y la originalidad del primero.
Su diseño estaba más definido y lucía una imagen más deportiva, pero también más convencional. El habitáculo sí que mantuvo parte de su aura diferenciadora, con una peculiar configuración para el puesto de conducción, con un solo reloj a modo de cuadro de instrumentos y dos pantallas LCD en la consola central.
También amplió su gama de motores, aunque siguieron siendo de baja potencia: 60, 75 y 100 CV. Lo más destacado de esta generación es que contó incluso con una versión de aspiración deportiva, el Twingo RS, con un diseño más agresivo, mayor equipamiento y un motor 1.6 de 133 CV.
El Renault Twingo moderno, un urbanita eléctrico
En 2015 llegó la versión actual del francés, con un diseño completamente renovado que optó por una estética ligeramente retro y más acertada, de formas cuadradas suaves y un enfoque urbano todavía más marcado si cabe.
Mención especial merece el interior. Sin llegar a la originalidad del primero, sí apostaba por el color, con numerosas molduras a juego con el tono de la carrocería, un cuadro de instrumentos circular y una pequeña pantalla en el centro del salpicadero.
En su lanzamiento estuvo disponible con dos motores gasolina de 71 y 90 CV, pero más adelante se sumó una variante eléctrica que, finalmente es la única que sigue disponible: el Twingo es exclusivamente un modelo sin emisiones.
Equipado con un motor de 81 CV, acelera de 0 a 50 km/h en 4,2 segundos, tiene una velocidad máxima de 135 km/h y emplea una batería de 22 kWh que le otorga una autonomía de 190 kilómetros. En caso de conducción exclusivamente urbana, llega hasta 270 kilómetros. Está disponible desde 25.750 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.