Llegó a Barcelona en helicóptero, haciendo una de esas grandes apariciones que quedan grabadas en la retina. Y acaba de presentarse en sociedad, en una multitudinaria rueda de prensa internacional celebrada en el recinto ferial Fira de Barcelona. El Seat Arona, el segundo SUV de Seat, ya tiene forma definitiva y recuerda a un Ibiza, el modelo del que deriva, con mayor altura, músculo y espacio. «Hoy es un día de fiesta para Seat», comenta Luca de Meo, presidente de la marca en España.
El nuevo Seat Arona amplia la gama SUV de la marca, que busca así seguir mejorando sus ventas en el mercado en general y entre los familiares camperos en particular, que son los coches que más crecen. Si el Ateca, su hermano mayor, compite con el Nissan Qashqai y las propuestas similares, y ha permitido a Seat ofrecer los mejores resultados económicos de su historia, el Arona rivaliza con los Renault Captur y Peugeot 2008, y debería consolidar y reforzar la trayectoria de la marca. «Somos la marca del Grupo Volkswagen que más crece», recalca orgulloso de Meo.
Las primeras unidades estarán disponibles en los concesionarios en noviembre, aunque antes, en septiembre, será el protagonista de Seat en el Salón de Fráncfort. El precio no se conoce todavía, pero, tomando como referencia el del Ibiza (desde 14.000 euros) y aplicando el diferencial que suele haber entre los utilitarios y sus derivados camperos, podría venderse desde un poco más de 16.000. Es mayor que un Ibiza, parece más coche, aporta una habitabilidad y maletero superiores y, por tanto, dará un servicio más completo que justifica su sobrecoste.
En Europa, los modelos camperos suponen ya el 25% de las ventas, y entre ellos las propuestas de tamaño recortado, como el Arona, suben hasta el 30%. Además, en España estos coches son ya el tercer tipo de vehículo más popular, solo por detrás de los utilitarios y los familiares compactos: se entregaron casi 125.000 unidades en 2016, cerca de un 35% más que en 2015, captando un 11% del mercado total. La moda SUV sigue creciendo.
Pero el Arona presenta otros valores adicionales, porque a diferencia del Ateca, que se hace en la República Checa, se fabricará en Barcelona, en la planta de Martorell, un aspecto que contribuirá a mantener el tejido industrial nacional y que satisface al presidente, porque «nos otorga mayor flexibilidad en la producción».
Comparte base mecánica con el Ibiza, pero mide 4,13 metros de longitud, casi ocho centímetros más que el utilitario, y es 9,9 cm más alto. Y estas dimensiones potencian su presencia y permiten disponer de cinco plazas más desahogadas y de un maletero de 400 litros, 45 más.
Por fuera y por dentro recuerda al Ibiza, pero suma detalles como el techo bicolor, que tan buen resultado le ha dado a rivales como el Renault Captur: puede ser gris, negro, naranja o del mismo color que el resto del cuerpo.
Los motores podrán ser de gasolina y de gasóleo, con potencias de 95 a 150 CV, y se ofrecerá también una variante de gas natural comprimido (GNC) que tendrá los costes de uso más bajos de la gama y podrá acceder a los centros urbanos aunque se restrinja el tráfico por alta contaminación.
La tracción, por su parte, será siempre delantera o 4×2, ya que, como señala Luca de Meo, «creemos que el mix de ventas que consiguen otros modelos no justifica la inversión». A cambio, el equipamiento recogerá los últimos sistemas de seguridad, confort y comunicación, y podrá incorporar elementos poco habituales en su tamaño como la suspensión electrónica.
De cierre, de Meo ha confirmado la avalancha de sugerencias de nombre que están llegando a Seat como alternativas para denominar al nuevo SUV grande de la casa, el próximo Ateca de siete plazas, que saldrá en 2018. «Hemos recibido propuestas de 106 países, a pesar de que Seat solo vende en 80».
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