Shelby GT350R, el Mustang más apto para circuito y calle

Pasa a menudo que las marcas, para presentar las versiones más radicales de sus coches más deportivos, acaban lanzando un modelo increíblemente bueno para su uso en trazados cerrados, pero por el camino pierden la posibilidad de rodar por carretera abierta.

Ante esta difícil situación se encontraba Ford, que quería desarrollar el Mustang más salvaje de la historia, pero que fuera legal para la conducción en calle. Sin embargo no hay de qué preocuparse, en el Salón de Detroit han presentado la solución a todos sus problemas: el Shelby GT350R.

Esa ‘R’ final lo diferencia, y de qué manera, de su hermano normal. En primer lugar, la marca del óvalo ha retirado todo aquello que supusiera un peso añadido innecesario que le restara décimas por vuelta. Así pues, fuera asientos traseros, aire acondicionado, equipo de sonido, kit de inflado de neumáticos, etc. También se han sustituido las ya ligeras llantas de aleación por unas de fibra de carbono de 19 pulgadas, embutidas en unos neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2. El resultado es un ahorro de cerca de 60 kg respecto al Shelby GT350 ‘normal’.

Sin embargo, la marca ofrece algunos elementos de confort de manera opcional, agrupados bajo el ‘Electronics Package’: sistema de audio con siete altavoces, pantalla táctil de ocho pulgadas y climatizador bizona.

En el apartado estético también hay diferencias, aunque en forma de detalles como el color de las pinzas de freno, las entradas de aire del capó, los paragolpes específicos, el nuevo alerón o el habitáculo, que combina la tapicería negra con zonas y costuras de contraste blancas.

Para terminar, el alma de la bestia: un motor V8 5.2 atmosférico que gracias a su cigüeñal plano entrega 500 CV de potencia y un par máximo de 542 Nm, asociado a un cambio manual.