El uso del taxi es muy útil en el día a día. Para aquellos que no tienen coche, para traslados puntuales o para desplazarse en una ciudad desconocida. No obstante, su utilidad no quiere decir que haya que bajar la guardia al coger un taxi, especialmente en el extranjero.
La historia de dos turistas italianas se ha hecho eco en los medios de comunicación y pone de manifiesto la necesidad de tomar medidas para evitar sufrir una estafa al usar un taxi. Sobre todo si el usuario se encuentra fuera de, en este caso, España.
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Las jóvenes pidieron un taxi para ir desde el centro de Split, en Croacia, hasta el aeropuerto. Cuando llegaron a su destino, 25 kilómetros después, casi se echaron a llorar al ver el recibo de la carrera. Tuvieron que pagar 550 euros por un trayecto de menos de media hora.
Los periódicos croatas que se han hecho eco de esta noticia dan una explicación: las tarifas de los taxis en Croacia no están reguladas. Los taxistas pueden cambiar el precio a su gusto, en cualquier momento. Estas condiciones les permiten aprovecharse de los turistas, sobre todo ahora que Croacia está ganando popularidad.
Consejos para evitar tarifas abusivas
En España hay unas tarifas reguladas, que deben estar expuestas en los taxis. No obstante, nunca está de más aplicar una serie de consejos para evitar pagar precios abusivos, aquí o en el extranjero.
Por ejemplo, al subir, fijarse si las tarifas están expuestas en algún lado. Aunque lo estén, se le puede preguntar al taxista un coste estimado por el trayecto a realizar. Igualmente, antes de arrancar, hay que fijarse que el conductor conecte el taxímetro y, si no, pedirle que lo haga.
Un último truco es conectar el navegador en el móvil al empezar la carrera. De esta manera, el usuario podrá comprobar que, efectivamente, el taxista le está llevando a la dirección solicitada o está dando un rodeo.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.