Los todocaminos son el segmento más pujante del mercado, las tendencias de compra de los consumidores se han volcado muy positivamente con ellos y de ahí que los fabricantes de automóviles estén poniendo sobre la mesa una oferta cada vez más amplia que satisfaga esa demanda.
La fiebre de los SUV se extiende con mayor o menor firmeza por todos los rincones, desde EE UU hasta China, pasando por Europa, Oriente Próximo y todos los países desarrollados y por desarrollar. Ya no importa que gasten algo más que los modelos convencionales y corran menos a igualdad de motor. Y que no resulten tan ágiles de conducir.
El fenómeno es tan masivo que parece como si de repente todo el mundo hubiera caído en la cuenta de que es el tipo de coche que quería. Y aunque son algo más caros que utilitarios, compactos o berlinas medias, no resultan prohibitivos.
Como ocurre cada vez que se diversifica el mercado, las opciones se multiplican y adaptan a todo tipo de clientes, incluso para aquellos que buscan un vehículo asequible, que cumpla su cometido y sea solvente. Lo bueno es que actualmente eso no tiene que significar necesariamente renunciar al estilo o el buen diseño, ni siquiera a elementos tecnológicos interesantes.
Estos son algunos de los SUV baratos que ofrece el mercado:
VENTAJAS E INCOVENIENTES
Los SUV tienen carrocerías más voluminosas que los turismos y suspensiones elevadas que permiten salir del asfalto e incluso superar zonas más complicadas en las versiones 4×4. Pero estas características suponen virtudes y carencias frente a los modelos convencionales.
El tamaño importa. El mayor volumen de las carrocerías SUV amplía el espacio interior y junto al portón posterior facilita la carga de carritos de niños o material para practicar deportes al aire libre, como ciclismo, surf, etcétera.
La altura da seguridad. Mejora la visibilidad y, sobre todo, transmite una mayor sensación de seguridad y protección. También facilita el acceso a personas mayores y permite ir sentado en una posición más cómoda y natural, con las rodillas cerca del ángulo recto.
Pérdida de eficiencia. Pero la altura penaliza la aerodinámica, aumenta el peso y reduce la eficiencia. Y puede subir un 100% el consumo y hasta un 20% en los SUV más grandes.
Menor agilidad. La altura eleva también el centro de gravedad, aumenta las inercias en las curvas y provoca un comportamiento menos ágil y estable que los turismos. Y su mayor peso penaliza también las prestaciones.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.