Dejamos la pregunta en el aire aunque nosotros tenemos clara nuestra opinión al respecto. Los híbridos, por norma general, son concebidos como modelos racionales, eficientes y bastante discretos. No creemos que en Toyota pensaran crear la base para una preparación tan ‘japo’ cuando desarrollaron el primer Prius.
Pero en Kuhl Racing han pensado: “¿Y por qué no? Vamos a montarle al Toyota todos los accesorios que tengamos en el taller”. Dicho y hecho. Han empezado por un completo kit de carrocería, splitter delantero, faldones laterales, nueva parrilla, entradas de aire y un difusor descomunal.
Continúa la labor estética un capó con una suerte de cresta central y dos rejillas de ventilación a los lados, los retrovisores (de fibra de carbono) lucen un diseño minimalista, tanto los pilotos delanteros como los traseros son de nueva factura, en la zaga encontramos dos salidas de escape dobles y las llantas de aleación miden 19 pulgadas y están envueltas en neumáticos de 235/35. Como guinda, cuenta con un sistema de suspensión neumática para variar la altura del coche al gusto.
Con un exterior tan recargado y ¿agresivo? lo normal sería esperar un trabajo mecánico del mismo estilo, aprovechando la naturaleza híbrida del modelo. Pero no, en Kuhl Racing han decidido dejar el motor 1.8 L HSD e-CVT de 99 CV. Así que, bueno… rápido no es pero ‘molón’ si, ¿no?¿¡No!?
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.