Los coches que trasladan a los presidentes y jefes de Estado no son los más rápidos del mundo, pero sí que ostentan otros títulos que dejan pequeños a los comunes utilitarios que emplea cualquier conductor en su día a día. Se puede afirmar que son más que un coche.
Son, en primer lugar, los coches más pesados del mundo, superando con creces las cuatro toneladas. Por ejemplo, el Cadillac del presidente estadounidense llega a las nueve. También son de los más largos, pasando de los cinco metros.
Aunque lo que realmente importa es que han sido fabricados para ser los automóviles más seguros del planeta. Tienen que evitar que la personalidad que cobijan sufra percance alguno mientras circulan.
Más información
Bandera roja
Al igual que al Cadillac One fabricado por General Motors, que ahora traslada al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se le bautizó popularmente como The Beast (‘La Bestia’), el coche del líder supremo del Partido Comunista Chino también tiene un sobrenombre, aunque en este caso hace referencia a la marca fabricante.
La firma china que se ha encargado de producir esta limusina es, ni más ni menos, que Hongqi. Se trata de la marca de lujo del fabricante chino FAW, que desde 1958 es la firma que ha suministrado los coches oficiales para trasladar a las grandes personalidades del partido gobernante. En mandarín, hongqi se traduce como bandera roja.
Secretos de Estado
Al igual que ocurre con el resto de coches oficiales de los presidentes y jefes de Estado de los distintos países, no existe mucha información sobre este coche, pero hay datos suficientes para hacerse una idea.
El Hongqi que utiliza el presidente Xi Jinping, denominado N701, no es un modelo de producción, aunque comparte ciertas similitudes con el enorme sedán H9 y la lujosa berlina LS7 de la compañía china.
Especificaciones
El tamaño hace honor al inquilino. Se calcula que sobrepasa los 5,5 metros de largo y monta unos neumáticos a prueba de balas sobre unas llantas de 21 pulgadas. Respecto al motor, hay tres posibilidades: un V6, un V8 turbo o incluso un V12 más potente, el mismo que ha venido equipando desde 2016 el Hongqi L5, popularmente conocido como el Rolls-Royce chino.
Por supuesto, la seguridad comienza en las ventanas a prueba de balas y un blindaje por toda la carrocería. Blindaje y refuerzos que, según el periódico Daily Mail, son capaces de soportar los impactos de pequeñas bombas.
Además, incorpora todos los equipamientos de conectividad necesarios para garantizar su cometido presidencial. Unas mejoras que justificarían el alto precio del vehículo, estimado en unos seis millones de euros.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram