Guste o no, el “pues yo más”, es una constante en nuestra vida. Ya en párvulos se trataba de quien conseguía el pegote de plastilina más grande, en primaria quién tenía el mejor equipo de Pokémon y de la ESO para arriba el proceso iba afectando aspectos cada vez más caros: ropa, móviles…coches.
Si ya tienes una edad y sigues con esa mentalidad tenemos dos noticias para ti, una mala y una buena. ¿La mala? Madura hombre, Ma-du-ra. ¿La buena? Nissan ha pensado en tu instinto primigenio de macho alfa dominante y ha creado un juguete que te va a encantar: el Titan Warrior (“El Titán Guerrero”, si es que hasta el nombre tiene pegada, podría ser el pseudónimo de un luchador de pressing catch).
Podéis pensar en el como en un Nissan Titan con (muchos) anabolizantes y que bebe en cuanto a estilo y concepto de las carreras de baja y las raids. Respecto al modelo de serie es más todo: más alto (2.070 mm en vez de 1.999), más ancho (2.200 mm en vez de 2.074) y calza ruedas de 37 pulgadas con llantas de 18.
A esto se suma una pintura metalizada mate para la carrocería, la parrilla acabada en negro, faros más grandes, pasos de rueda ensanchados, protecciones inferiores de aluminio, detalles de color en naranja, luces adicionales en el techo, dos salidas de escape dobles y entradas de aire extra en el capó; todo para conseguir una impronta más que amenazante.
No han optado, por raro que parezca, por embrutecer el motor, y la marca ha decidido montar el propulsor 5.0 V8 Cummings ya visto en el modelo. No es que nos quejemos, ya que tiene 310 CV y 750 Nm de par, pero con tanto despliegue estético esperábamos encontrar alguna sorpresa mecánica. Sea como fuere, el bloque se asocia a una caja de cambios Aisin de seis velocidades.
Es un prototipo, si, lo sabemos. Pero todo lo que presenta es fácilmente trasladable a un modelo de producción y, si Ford se permite tener un pick-up prestacional en su gama con el F-150 Raptor, ¿por qué Nissan, no?
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.