Ponerse al volante cuando las temperaturas son elevadas implica algunos riesgos para los que el conductor debe estar preparado. Sobre todo, si surgen imprevistos como quedarse sin aire acondicionado, si el coche no cuenta con este equipamiento o si ha permanecido muchas horas bajo el sol.
Hay que recordar que, según la Dirección General de Tráfico (DGT), la temperatura del interior del coche debe oscilar entre 21 y 24 grados: tanto en verano como en invierno. Así, el conductor circulará con seguridad y comodidad, ya que, si se supera esa barrera, sus facultades se reducirán.
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En uno de los vídeos que Juan José, mecánico de Talleres Ebenezer, ha compartido en TikTok explica la fórmula que él emplea para enfriar el habitáculo del coche lo más rápido posible cuando ha estado aparcado al sol.
Al montarse, lo primero que hay que hacer es “bajar todas las ventanillas para que salga el calor”. Muchos conductores no lo hacen y cometen, además, otro fallo: encienden, directamente, el aire acondicionado.
Haciendo esto, el conductor no conseguirá eliminar el aire caliente que se ha ido acumulando. Tampoco disipará el calor que los materiales interiores han ido absorbiendo. El resultado es que tardará más en refrescar el interior de su coche y que el sistema de climatización tendrá que trabajar más de lo normal.
Colocar bien los aireadores
Al hilo de esto, el mecánico ha recordado cómo se deben colocar los aireadores cuando se pone en marcha el sistema de climatización. Al principio, no deben apuntar al conductor: “No hay que poner el aire muy frío y para la cara. Eso te va a dar mayor sensación térmica de fresquito, pero va a ser menos eficiente para enfriar el habitáculo en sí”.
Además, el aire frío no llegará al resto de viajeros: sobre todo a los que ocupan la fila trasera. Lo más adecuado es ponerlo “para los pies, ya que el aire frío pesa más y el calor va a tender a subir y salir por las ventanas”.
Estabilizar la temperatura
Cuando la climatización haya estabilizado la temperatura en la horquilla de 21 a 24 grados, se puede modificar la dirección de los aireadores. Lo más aconsejable es dirigirlos hacia el parabrisas delantero para que suba y luego, por su peso, baje.
Finalmente, como recomienda la DGT, hay que regular los grados del habitáculo “después de unos minutos, cuando ya el aire sale frío, hemos iniciado la marcha y el coche ya se está refrescando”. De esta manera, se enfriará de forma más eficaz y homogénea, dando pie a un ambiente cómodo y seguro para quien va al volante.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.