La Fundación CNAE ha revelado datos preocupantes sobre el nivel de conocimientos teóricos de conducción entre trabajadores que utilizan el coche como herramienta habitual en su jornada laboral. En una encuesta realizada a 596 empleados de distintos sectores, apenas un 1% logró superar un cuestionario de 20 preguntas sobre el permiso B de coche, que habilita para conducir turismos.
El estudio, titulado Cuestionario del permiso B en empresas, se centró en evaluar el conocimiento vial de personas que conducen con frecuencia por motivos laborales. La prueba consideraba aptos a quienes cometieran un máximo de dos errores. Si se hubiera permitido un fallo adicional, el porcentaje de aprobados habría ascendido a un escaso 3,7%. El promedio general fue de 11,7 respuestas correctas sobre 20.
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La edad predominante entre los participantes fue la comprendida entre los 40 y los 54 años, que representó el 51,5% de la muestra. Curiosamente, el 57% de los pocos aprobados también pertenecía a ese grupo de edad. En cuanto a la frecuencia de uso del vehículo, el 78,5% declaró conducir a diario, mientras que un 11,9% lo hace varias veces por semana. La muestra estuvo equilibrada en cuanto a género.
La pregunta más fallada en el examen
Entre las preguntas del cuestionario, la más acertada fue la que pedía identificar una señal de estación de servicio con puntos de recarga para vehículos eléctricos o híbridos, con un 87,8% de aciertos. En contraste, la más fallada fue la que abordaba la frenada regenerativa en coches eléctricos, un 81,9% no sabía identificar la frenada regenerativa, un sistema básico en los vehículos eléctricos.
Otros aspectos básicos de seguridad vial también mostraron altos niveles de desconocimiento. Muchos encuestados fallaron en cuestiones como el uso obligatorio del alumbrado en túneles, la velocidad máxima en vías urbanas de un solo carril por sentido, la señalización específica para motocicletas, y la distancia de seguridad en adelantamientos. Los errores en estas preguntas oscilaron entre el 36% y el 75%.
La Fundación CNAE concluye que existe una “carencia importante en la formación vial continua” incluso entre conductores habituales. Por ello, propone reforzar la educación en seguridad vial dentro de las empresas, actualizar los contenidos formativos conforme a los avances tecnológicos —como los vehículos eléctricos y nuevas señales—, e integrar esta formación en los programas de prevención de riesgos laborales para reducir la siniestralidad.
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