No, esto no es un déjà vu. Puede que te suene, pero es ligeramente diferente. El pasado mes de agosto os traíamos el increíble trabajo de Oguz Spiahioglu, un diseñador que tomó el Pagani Zonda y lo convirtió en un modelo de la década de los ochenta. El resultado fue fantástico, sabiendo mantener las líneas generales del deportivo y añadiéndole los rasgos típicos de los coches de aquella época.
Ahora el propio Spiahioglu ha dado una vuelta de tuerca a su obra, conservando el Zonda como musa pero retrocediendo en el tiempo un par de décadas más, concretamente hasta 1968.
Salta a la vista que en esta ocasión la transformación es mucho más radical, algo lógico teniendo en cuenta la mayor separación temporal entre modelos, y en ciertos puntos hasta irreconocible, aunque mantiene elementos clave del Pagani.
El frontal es totalmente diferente y en el podemos ver trazos de modelos míticos como el Lancia Stratos. Los característicos faros dobles en forma de lágrima desaparecen para ceder su puesto a unos plegables, tan usuales en aquella época. La referencia más clara, aunque hay que fijarse bastante para encontrarla, es la forma de pico en la que acaba el capó.
Los pasos de rueda delanteros podría recordar ligeramente a los del original y tras ellos se encuentran unos retrovisores que, aun siendo cromados, copian al dedillo la forma de los que luce el Zonda actual.
Hay que irse hasta la zaga para ver más elementos distintivos. En primer lugar, las luces de freno y los intermitentes, pero lo realmente llamativo son las cuatro salidas de escape centrales, cromadas, con tubos enormes y, además, totalmente descubiertas.
El resto es cosecha propia del diseñador, como la luneta trasera de la cabina y los dos alerones traseros independientes, que redondean un conjunto impecable que habría encajado a la perfección entre los deportivos de la década, aunque sea más difícil encontrar en él las trazas del Zonda que en la variante de los 80.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.