El espíritu lúdico de los buggy, pero con mecánica eléctrica y llevado al extremo. El prototipo Audi AI:Trail es uno de esos ejercicios creativos que busca llamar la atención, más que valorar la aceptación de un nuevo diseño o tecnología.
La carrocería no es muy grande, porque mide 4,15 metros de longitud, pero el enorme tamaño de las ruedas y la gran distancia libre al suelo, de nada menos que 34 centímetros, crean una imagen impactante en este prototipo de Audi.
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El interior, en cambio, y como corresponde a la filosofía de los buggy, es minimalista y prescinde de casi todo salvo los mandos y los asientos. El móvil, de hecho, se acopla junto al volante y sirve como centro de control.
Para facilitar el control de las dimensiones del coche y potenciar la visibilidad en la conducción 4×4, un aspecto vital para saber dónde está cada rueda en cada momento, el Audi AI:Trail cuenta con gran superficie acristalada. Pero no es el único desarrollo enfocado a este uso, porque los neumáticos pueden inflarse y desinflarse desde el interior, para mejorar la tracción sobre arena, por ejemplo.
La potente mecánica también contribuye, porque con 408 CV, un imponente par o fuerza de empuje de 1.000 Nm y una tracción 4×4 basada en un motor por rueda, que es capaz de controlar cada una de forma independiente para reforzar la motricidad y la eficacia, el prototipo recoge todo lo necesario para avanzar por casi cualquier terreno con garantías.
La velocidad máxima está limitada a 130 km/h para alargar la duración de las baterías: según Audi, el objetivo de autonomía sería lograr “de 400 a 450 kilómetros”.
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