El My Ami Buggy Concept supone una vuelta de tuerca al concepto del Citroën Ami, un urbanita eléctrico que entra en la categoría de cuadriciclos ligeros que la marca francesa propone para movilizar las ciudades.
Ahora Citroën imagina, puesto que ya ha confirmado que se trata de un prototipo y al menos de momento no hay intención de convertirlo en modelo de calle, cómo es su lado más aventurero, con una preparación que le convierte en una suerte de ‘buggy‘ de dimensiones compactas.
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La base del urbanita es apreciable, sobre todo en lo que a la carrocería se refiere, pero ha recibido importantes modificaciones que le aportan un carácter marcadamente campero.
Así, los pasos de rueda se han ensanchado con unas nuevas molduras en tono negro que contrasta con el verde oscuro de cuerpo. Estos alojan unas ruedas equipadas con neumáticos todoterreno, tanto los grupos ópticos delanteros como los traseros cuentan con rejas protectoras de metal y en el techo se ha instalado una baca que transporta una rueda de repuesto y que cuenta con una barra de luz en el frontal.
Además, para reforzar el concepto de buggy, no tiene puertas, en su lugar la marca ha ubicado dos huecos portaobjetos en los que encajan unas pequeñas maletas hechas a medida, que amplían la capacidad de almacenaje del modelo y se suman a otras soluciones exclusivas de este ejemplar, como el soporte para colocar cámaras de fotos o el altavoz portátil.
En el habitáculo también cuenta con algunos añadidos para mejorar el confort de los pasajeros como, por ejemplo, el uso de unos nuevos cojines en los asientos que tiene un mayor grosor, pues la espuma pasa de los 35 a los 70 milímetros de espesor.
No informa sobre su sistema de propulsión, que debería ser el mismo que emplea la versión de calle: un motor de 6 kW que le permite alcanzar 45 km/h alimentado por una batería de 5,5 kWh para homologar un alcance de 75 kilómetros por carga.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.