Coches eléctricos: el duro golpe de Greenpeace a todas las marcas

El mundo del automóvil está volcado en la electrificación, en pos de cumplir las cada vez más estrictas normas de emisiones así como, en el caso de Europa, conseguir una gama formada exclusivamente por coches eléctricos como muy tarde en 2025. Sin embargo, no es suficiente para Greenpeace, que acaba de publicar su Auto Environmental Guide 2023, en la que evalúa el progreso hacia la descarbonización de distintas marcas de coches de todo el mundo.

Para ello tiene en cuenta múltiples factores, entre los que se incluyen lo que estén haciendo para mejorar la eficiencia y reducir el uso de recursos para fabricar sus coches, las emisiones que se producen en la cadena de suministro y durante la producción de los vehículos, su proyecto para abandonar los modelos de combustión, su objetivo de ventas de coches eléctricos y el desarrollo de infraestructuras de recarga renovables.

De esta manera, factores como no contar con vehículos eléctricos en su gama actual es algo que lastra considerablemente a algunas marcas, como es el caso de Suzuki, que ocupa el último puesto. Otras se ven afectadas negativamente por la falta de descarbonización de su cadena de suministro.

Ponderando unos y otros factores, Greenpeace, ha elaborado una lista con todas las marcas, ordenándolas según lo que bien que consideran que llevan encaminado su proceso de transición y otorgándoles una puntuación sobre 100:

Atendiendo a los resultados, incluso los mejores clasificados no llegarían siquiera al aprobado según las consideraciones que tiene la organización.

Ada Kong, directora adjunta del programa de Greenpeace para Asia Oriental, ha declarado: “En última instancia, necesitamos que los fabricantes de automóviles tradicionales aceleren drásticamente la adopción de vehículos eléctricos. Marcas como Toyota y Hyundai se enfrentan a una amenaza de mercado muy real por parte de fabricantes de vehículos totalmente eléctricos como Tesla y BYD, pero ante la evolución de la tecnología, se están demorando”.

El organismo, que tiene a los automóviles de combustión en el punto de mira, está pidiendo firmas para evitar que “los fabricantes de coches nos adentren todavía más en la crisis climática”, en la que demanda a las marcas lo siguiente:

• Dejar de vender automóviles que utilicen combustibles fósiles en 2030 y que en Europa sea en 2028
• Cambiar a vehículos más pequeños, ligeros y energéticamente más eficientes
• Reducir las emisiones en la cadena de suministro
• Minimizar el uso, reutilizar y reciclar los minerales de la batería
• Garantizar una transición justa para los trabajadores
• Proporcionar servicios de movilidad asequibles, accesibles y sin emisiones en lugar de vender más coches