El sector de los coches eléctricos cuenta con muchas menos barreras de entrada que el de los vehículos de combustión tradicionales. Su relativa sencillez mecánica ha abierto las puertas a muchas nuevas empresas y start-ups, algunas con ideas más racionales que otras. La Bagnole se encuentra entre las primeras y es obra de KG Auto.
Se trata de un compacto a pilas (2,81 metros de largo), de solo dos plazas, que tiene como principal característica destacada ser un automóvil realmente ligero: apenas 283 kilos.
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Esto se debe tanto a la utilización de materiales livianos como al propio concepto del vehículo, inspirado por un coche de madera de juguete y que prescinde de todo lo innecesario, hasta el punto de dejar la base del chasis y la carrocería, con una caja de carga, pero eliminando incluso de las puertas y del parabrisas.
A pesar de su sencillez de diseño, a nivel de ingeniería es un modelo bastante solvente, con una configuración que le permite salir del asfalto, una capacidad de carga de 150 kilos y un maletero que cubica 650 litros.
Su apartado mecánico puede pecar de algo justo, puesto que tiene dos motores en el eje trasero, uno en cada rueda, que en conjunto solo desarrollan 15 CV. Eso sí, su par máximo es de 450 Nm, por lo que, sumado a su ligereza, fuerza no le debe faltar.
Hay que tener en cuenta que con esta ficha técnica no puede ser un prodigio de prestaciones. Su versión básica está homologada como ciclomotor y hay otra superior que alcanza los 80 km/h y que encaja con los límites del nuevo carné B1. Su autonomía por carga es de entre 70 y 140 kilómetros. No se ha desvelado la capacidad de su batería, pero dado lo ligero que es, deben ser pilas pequeñas.
El precio de partida del La Bagnole es de 10.900 euros, lo que le situaría por debajo de los eléctricos más baratos del mercado. Ya se puede reservar y se espera que las primeras entregas tengan lugar a comienzos de 2023.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.