El Ferrari Testa Rossa J es una pieza de coleccionista: una réplica a escala del 75% del deportivo italiano de 1957, con motor eléctrico y pensada para cualquier usuario con más de 14 años, aunque no está homologada para circular por carretera. Solo se fabricará una tirada limitada de 299 unidades, cada una con un precio de 93.000 euros, antes de impuestos y gastos de envío.
Para crear este modelo, Ferrari se ha aliado con ‘The Little Car Company’, firma especializada en la creación de coches eléctricos a escala y que ya ha lanzado réplicas como el Bugatti Baby II, que homenajeaba al Type 35 de 1924.
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Al saber hacer de compañía se ha sumado el material que la marca italiana tiene del modelo del 57, utilizando los bocetos almacenados por el departamento Ferrari Classiche para diseñar elementos como el chasis; el Ferrari Styling Centre se ha encargado de que las proporciones y el aspecto visual sean idénticos al original.
El resultado es una réplica exacta con el mismo color de carrocería, que ha sido creada a mano en aluminio como en el Testa Rossa de los años cincuenta. Las llantas son de 12 pulgadas, pero las geometrías de suspensión y de dirección son idénticas a la del modelo original, lo que garantiza un comportamiento muy cercano al de este.
Ahora bien, también cuenta con características diferenciadoras. Aunque el habitáculo es una réplica del clásico, solo ofrece capacidad para un adulto y un adolescente. Además, el salpicadero mantiene los relojes analógicos, pero en este caso muestran información relativa al sistema de propulsión eléctrico. Por último, los pedales son los mismos que emplea el Ferrari F8 Tributo.
El rasgo más distintivo, sin embargo, es su naturaleza de cero emisiones. Equipado con tres baterías que le otorgan una autonomía de hasta 90 kilómetros, dispone de cuatro modos de conducción que varían la potencia que entrega el motor y el límite de velocidad máxima disponible. El modo Novice entrega 1 kW y alcanza los 20 km/h; en Comfort, la potencia sube a 4 kW y se alcanzan los 40 km/h; respecto a los modos Sport y Race, Ferrari solo señala una velocidad punta superior a 60 km/h.
La casa italiana ha querido que los componentes del Testa Rossa J sean de primera calidad, motivo por el que la suspensión procede de Bilstein y los frenos los ha fabricado Brembo. Asimismo, cuenta con un freno de mano hidráulico e incluso es posible instalar de manera opcional una barra antivuelco para garantizar la seguridad de los usuarios.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.