El Mitsubishi Eclipse original era un deportivo asequible. Tras desaparecer durante años resucitó con el apellido Cross convertido en un SUV. Ahora, éste estrena su segunda generación, un Mitsubishi Eclipse Cross con un diseño completamente nuevo pero que, sobre todo, sorprende por su salto a una mecánica completamente eléctrica.
Como ocurre con otros modelos de la marca, está basado en un vehículo de Renault, concretamente el Scénic, aunque la firma japonesa ha transformado considerablemente su estética para darle personalidad propia.
Más información
Es algo que queda patente especialmente en el frontal, donde adopta un peculiar escudo que ocupa el lugar de la parrilla, con el logo independiente en posición central, una trama de hexágonos rodeándole y unos grupos ópticos custodiándole, con una parte superior muy fina y una inferior estructurada en seis tiras LED. Las llantas de intrincado diseño pueden ser de 19 o 20 pulgadas, las ventanillas tienen un marco cromado inferior y en la zaga los pilotos tienen forma de ‘V’ en ángulo obtuso.
Mide 4,47 metros de largo, 1,86 metros de ancho y 1,57 metros de alto; a lo que suma una distancia entre ejes de 2,78 metros. Su maletero tiene una capacidad de 545 litros, que, con los asientos traseros abatidos, crece hasta los 1.670 litros.

El interior deja claro su parentesco con Renault, puesto que el puesto de conducción recuerda mucho al de algunos de sus modelos. El cuadro de instrumentos digital tiene un tamaño de 12,3 pulgadas, mismas dimensiones que tiene la pantalla central, pero ésta tiene un formato vertical, por lo que, en conjunto, crea una ‘L’.
Ahora 100% eléctrico
Al contrario que su predecesor, que se ofrecía con motores de gasolina y con una opción híbrida enchufable, el nuevo Eclipse Cross es 100% eléctrico, utilizando la plataforma CMF-EV que usan modelos como el Scénic, el Renault Mégane E-Tech o el Nissan Ariya.
El motor tiene una potencia de 220 CV (160 kW) y un par máximo de 300 Nm. Esto le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 8,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 170 km/h. A esto suma una batería de 87 kWh de capacidad que le otorga una autonomía de más de 600 kilómetros. Ésta es compatible con carga lenta en corriente alterna a potencias de hasta 22 kW, pero destaca más su compatibilidad con carga rápida hasta a 150 kW.
Su producción empezará durante el último trimestre del año, pero no se ha desvelado su precio por el momento.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram
Renacidos en forma de SUV: cinco coches clásicos que han vuelto a la vida
Ni alemanes ni chinos: los españoles saben qué coches son los que duran más y fallan menos