De la misma manera que Euro NCAP evalúa la seguridad de los coches nuevos que se lanzan en los mercados europeos, Green NCAP se encarga de analizar lo eficientes y limpios que son los automóviles. El organismo ha presentado los resultados de su última tanda de 2024 y a tenor de los mismos, al menos según su criterio, se ha zanjado el debate sobre cuáles son los coches más limpios.
En el grupo de diciembre se han analizado ocho coches y únicamente cuatro de ellos han conseguido la puntuación máxima de cinco estrellas. Lo que tenían en común es que todos ellos son eléctricos.
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El mejor resultado ha sido para el Opel Corsa, con una puntuación media del 99%, gracias a un perfecto 10 en el área de calidad del aire, otro 10 en emisión de gases de invernadero y un 9,7 en eficiencia energética.
Justo por detrás, con un 98%, se ha situado el Hyundai Kona eléctrico, que ha logrado un 10 en calidad del aire, un 9,7 en eficiencia energética y un 9,9 en gases de invernadero. La misma puntuación la ha obtenido el Tesla Model 3, con una media del 98% gracias a un 10 en calidad del aire, un 9,7 de eficiencia energética y un 9,8 en emisión de gases invernadero.
El último sobresaliente ha sido para el BYD Atto 2, recientemente presentado en el Salón del automóvil de Bruselas y que todavía no está disponible en Europa, que ha conseguido un 96%. En su caso, sus puntuaciones han sido un 10 en calidad del aire, un 9,3 en eficiencia energética y un 9,6 en gases de invernadero.
Los motores de combustión bajan la nota
En cuanto un modelo tiene un motor térmico en su sistema de propulsión, ya sea independiente o formando parte de una mecánica electrificada, la nota se desploma.
El Mazda MX-30 en su configuración R-EV Plug-In, es decir, la que es un eléctrico de autonomía extendida, en el que un pequeño motor de combustión actúa como generador para alimentar a la batería, solo ha logrado un 64%.
En calidad del aire ha obtenido un 7,8, pero se ha visto lastrado por el 5,9 en eficiencia energética y el 5,6 en emisión de gases invernadero.
Una situación similar ocurre con el Mercedes GLA híbrido enchufable, que no ha llegado ni al 6 (57%): 8,2 en calidad del aire, 4,9 en eficiencia energética y 4,1 en emisión de gases invernadero.
Por último, se han analizado dos modelos de gasolina, sin ningún tipo de electrificación, y sus resultados son los peores de la tanda.
El Dacia Duster aprueba justo con un 50% en parte por el 6,5 logrado en calidad del aire y en parte por su eficiencia energética de 5,2, pero quedándose en un 3,7 cuando se habla de gases invernadero.
El Omoda 5 directamente suspende con un 38% y es que, aunque tiene mejor nota en calidad del aire (7,1), solo obtiene un 3,1 en eficiencia energética y un 1,3 en emisión de gases invernadero.
Los resultados repiten lo visto en tandas previas, con los eléctricos, por norma general, superando el 90% en sus puntuaciones y los vehículos con motor térmico salvando los muebles si cuentan con electrificación, pero aprobando justo o suspendiendo directamente si no disponen de apoyo eléctrico.
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