Las crisis recurrentes de contaminación que están sufriendo capitales europeas como Londres, París o Madrid pueden marcar el punto de inflexión definitivo para que las ventas de modelos híbridos y eléctricos despeguen en España y evolucionen de forma más acorde al resto de Europa. En 2015 se aprecia ya un aumento importante de matriculaciones, y algunos analistas predicen que la tendencia se acelerará de 2016 a 2020.
Entre enero y noviembre se han vendido en España 17.409 modelos híbridos, según datos de ANFAC, la asociación nacional de fabricantes. Y el registro empieza a ser significativo y supone un crecimiento de nada menos que el 56,3%, frente a 2014. La misma evolución, aunque a escala inferior, se aprecia en los vehículos eléctricos, que suman ya 1.266 entregas, un 52,3% más que el año pasado.
El Toyota Auris se mantiene como el híbrido más popular: 6.815 unidades matriculadas (de enero a noviembre). Entre los eléctricos el líder es el Smart ED, con 388, aunque seguido de cerca por el Nissan Leaf (327). Y es que el primero se ha beneficiado de la puesta en marcha en Madrid del sistema Car2go, un concepto de estaciones de alquiler de coches eléctricos similar al de las bicicletas, que utiliza como vehículo el biplaza alemán.
Estos dos tipos de coches tienen emisiones más limpias que los convencionales y pueden servir de ayuda para reducir la polución en los centros urbanos, o al menos evitar que siga aumentando. Pero para lograr resultados ambientales sostenibles será necesario también reducir las emisiones del transporte público y de las calefacciones domésticas, dos focos importantes con elevados márgenes de mejora.
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