Tesla y la polémica con otras marcas por sus cargadores

Se ha empezado a permitir el acceso a otros eléctricos y ya surgen los primeros conflictos entre usuarios.

Tesla

Foto: Twitter

Los automóviles de Tesla son una de las referencias ineludibles entre los eléctricos, apoyados en la enorme red de recarga que la marca pone a disposición de sus clientes. Coches con autonomías destacables y también la posibilidad de devolver a la vida las baterías con estaciones de Supercargadores, distribuidos en puntos estratégicos y que permiten realizar la operación de una forma más rápida y eficaz que en la mayoría de los casos.

Es uno de los valores más sólidos de la marca de Elon Musk, la mayor red a nivel mundial, que hace ya unos meses anunció su intención de abrir estos puntos a usuarios de otras marcas, con el objetivo de contribuir a la expansión de los automóviles sin emisiones independientemente de su procedencia.

De hecho, Tesla ya ha dado el primer paso en este sentido, liberando una decena de supercargadores en Holanda. A través, eso sí, de la aplicación de la marca terceros pueden utilizar, a precios superiores a los habituales para sus clientes (0,57 euros el kWh frente a 0,25 euros). Una situación que ha provocado el malestar de algunos de ellos ante la llegada de nuevos usuarios de estos postes.

Puerto de carga

En las redes sociales ya circulan imágenes de automóviles de otras marcas mal estacionados en los espacios de carga de Tesla. No debería tratarse de una simple negligencia de sus usuarios, el problema apunta principalmente a la colocación del puerto de carga en los diferentes coches eléctricos.

Los cargadores de la marca estadounidense están diseñados, lógicamente, para la configuración de sus modelos, que llevan el puerto de carga en la parte posterior izquierda de la carrocería. Algunos coches de la competencia comparten este posicionamiento (Peugeot, Hyundai o Volvo)… pero otros muchos no, pudiéndolo llevar en el otro lado trasero (Mercedes, VW, BMW, Renault) o en la zona delantera del capó (Audi, Jaguar, Porsche).

Si a este condicionante se añade que la longitud de los cables de carga que suministran los fabricantes en ocasiones se revela corta, se genera el problema para algunos conductores en el momento de conectar su coche a la red de Tesla, organizada para una estructura fija de aparcamiento.

Primeras protestas

Es así como algunos propietarios de Tesla han comenzado a expresar su malestar en las redes sociales, solicitando incluso a Elon Musk que prohíba el acceso a los supercargadores a clientes de otras marcas. Lo argumentan con imágenes de vehículos ocupando más de una de las plazas disponibles para la operación, colocados de forma transversal a los lugares reservados para el estacionamiento.

El conflicto por ahora es limitado, pero podría extenderse si Musk sigue adelante con su estrategia de liberalización. Supondría para la marca una fuente de ingresos añadidos, aunque con el riesgo de que se produzca una saturación de los supercargadores que perjudique a sus propios clientes, que consideran este privilegio de la recarga uno de los grandes valores de Tesla.

De hecho, la lenta expansión de esta apertura debe servir de banco de pruebas para Tesla, un experimento que les permita evaluar con detalle las ventajas e inconvenientes de una operación que ya genera controversia.

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