Un espacio luminoso, agradable, minimalista. Grandes cristaleras, tonos suaves, paredes limpias. Podría ser una galería de arte, pero en realidad se trata de un concesionario de coches. ¿O no? Los espacios Polestar distan tanto del concepto tradicional de comercialización de vehículos que lo apropiado es identificarlo con un centro de experiencias.
Polestar es una marca joven, diferente y disruptiva. Sus automóviles 100% eléctricos también lo son y, por supuesto, la relación con los clientes dista mucho de lo convencional. Las ventas se concretan exclusivamente de forma digital, a través de la plataforma de la marca sueca, lo que no significa que el contacto personal carezca de sentido y trascendencia.
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Muy al contrario, los espacios Polestar acercan a los interesados en el producto todos los detalles que precisen. Aunque también de un modo distinto, sin la presión comercial de la venta y con el objetivo principal de asesorar a los clientes.
Los especialistas de la marca acompañan a quienes visitan el centro en una ruta de descubrimiento y acercamiento al coche de sus sueños. Los asesores comerciales carecen de comisiones de venta, que siempre se realizan en la web, por lo que el visitante tan solo debe disfrutar de una experiencia casi sensorial.
Y funciona…
El centro recién inaugurado en Madrid (Avenida de Burgos, 114) es el segundo de Polestar en España tras el que se abrió el pasado mes de mayor en Barcelona (Paseo de Gracia, 84). Y los resultados de estos meses demuestran que el concepto de los espacios funciona, que incluso los clientes digitales valoran la posibilidad de ver, tocar y conocer con detalle su próximo automóvil.
La mitad de las ventas a particulares que la marca sueca realizó en el mercado nacional durante el pasado año, el de su desembarco en España, se concretaron en Cataluña. Apunta en la misma línea un volumen de más de 2.500 pruebas a clientes realizadas en todo el país con el Polestar 2, su primer modelo.
Más de un millón de búsquedas en Google o una interacción con clientes cada minuto vienen a refrendar el interés que Polestar ha generado entre un determinado tipo de automovilista que sabe bien lo que busca.
Polestar produce automóviles eléctrico premium. Una definición básica pero más que suficiente para anticipar que no son para todos. Una marca nada convencional, con el foco puesto en un producto en el que se elimina todo lo que no aporta valor. Es así por facilitar la tarea del conductor y porque la sostenibilidad es una meta alcanzable cuando se prescinde de lo innecesario, de lo accesorio y superficial.
La sencillez como virtud
Esa simplicidad que se aplica al producto también se encuentra en los espacios de Polestar, que ya están operativos en ciudades de todo el mundo. Los coches expuestos son el centro de atención indiscutible y cuenta con una iluminación muy estudiada para que las sombras no desvíen la atención sobre lo realmente importante.
Los asesores de la marca están capacitados para ayudar al visitante a configurar su coche, a elegir los materiales o acabados de su preferencia. Además de las habituales pantallas interactivas, una exclusiva mesa inspirada en las que se utilizan en los talleres de corte de costura permite completar el proceso.
Han sido concebidas para colocar módulos de acabados sobre la superficie y, recurriendo a la tecnología de identificación por radiofrecuencia, elegir la especificación preferida y contemplarla en pantallas. Al terminar el proceso, el cliente tiene la posibilidad de almacenar en su teléfono móvil esa configuración para consultarla, modificarla o concretarla cuando decida.
Una gama en expansión
Polestar ha diseñado un ambicioso plan de crecimiento, basado en el conocimiento de la marca y la expansión de su gama de automóviles. En 2022 sus ventas alcanzaron las 50.000 unidades con presencia en 27 países del mundo, pero el objetivo para el nuevo ejercicio apunta a las 80.000 matriculaciones.
Un crecimiento del 60% que tendrá como uno de los pilares esenciales el comienzo de las entregas del Polestar 3, un SUV grande (4.90 metros) que se une así al Polestar 2, berlina con una potencia de hasta 450 kW (476 CV).
Y también durante este curso debe llega el Polestar 4, encuadrado en el segmento de los todocaminos, aunque en su caso de dimensiones algo más contenidas y con una silueta de estilo cupé que tanta aceptación tiene entre los usuarios.
Será ya en 2024 cuando llegue el turno del Polestar 5, un gran turismo (GT) de cuatro puertas y alto rendimiento cuyas líneas maestras y soluciones de vanguardia ya se muestran en el prototipo Precept. Precisamente este coche laboratorio fue otro de los grandes protagonistas en la inauguración del centro Polestar de Madrid.
El Precept viajó hasta la capital y deslumbró con su espectacular aspecto, sus formas fluidas, su interior amplio y minimalista, una impresionante pantalla de infoentretenimiento de 15 pulgadas orientada en vertical, sus acabados sostenibles… Y todo, de la mano de su creador, Nahum Escobedo, responsable de los diseños de carrocerías de Polestar y que explicó las líneas maestras que definen a un automóvil que puede suponer todo un hito para la marca e incluso para la industria.
Tras la apertura de los espacios de Barcelona y Madrid, llegarán en otras ciudades como Valencia, Málaga, Canarias e incluso un segundo centro en la capital. El ya existente acogerá también un taller propio, aunque la postventa de Polestar se encuentra garantizada por la amplía red de talleres de Volvo.
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