La Universidad de Stanford (Estados Unidos) ha echado por tierra la tradicional idea de que una conducción suave y constante es la mejor manera de preservar la batería en un coche eléctrico. Lo ha hecho demostrando que acelerar fuerte, ocasionalmente, puede prolongar la vida útil de estos modelos.
Para dar forma a la investigación, publicada en la prestigiosa revista científica Nature, han analizado, durante un par de años, 92 celdas de baterías comerciales simulando 47 patrones de conducción distintos.
Algunos reproducían una conducción tranquila, otros un uso constante en carreteras de alta ocupación como una autopista o autovía y también han imitado escenarios exigentes con fuertes aceleraciones y frenadas regenerativas.

Más vida útil y más autonomía
La principal conclusión desvela que las baterías sometidas a un uso dinámico duraron hasta un 38% más que las utilizadas en condiciones constantes y lineales. Por conducción dinámica entienden una combinación de aceleraciones rápidas, frenadas regenerativas y variaciones de velocidad en ciudad y carretera.
En la práctica, ese porcentaje se traduce en una autonomía acumulada de hasta 313.800 kilómetros. Las baterías que fueron sometidas a una conducción uniforme se quedaron en 227.000 kilómetros.
El estudio de la Universidad de Stanford puntualiza, eso sí, que no existe la necesidad de acelerar en cada semáforo. La lección que aportan es sencilla: la variedad al conducir es buena, pero los excesos no. Un equilibrio entre ciudad, carretera y una conducción más activa mantiene la batería en mejor estado que una conducción monótona.

La clave para entenderlo todo
Los investigadores han explicado la razón por la que una conducción dinámica es sinónimo de coches eléctricos con una mayor vida útil. El punto de partida es la forma en que las baterías reaccionan a: los pulsos de corriente de baja frecuencia, las breves ráfagas de potencia típicas del tráfico urbano o las aceleraciones cortas.
Esto reduce el desgaste acumulado que suelen causar las corrientes constantes y prolongadas como las que tienen lugar en una conducción por autopista y autovía. También señalaron que otro indicador clave fue el número de ciclos completos soportados: cuantos más, mejor rendimiento a largo plazo.
Finalmente, el estudio recuerda algunas buenas prácticas para preservar la vida útil de la batería en un coche eléctrico a la hora de llevar a cabo una recarga:
- Evitar un estado de carga muy alto porque los voltajes elevados hacen que el electrodo positivo sea inestable.
- Evitar niveles de carga muy bajos, ya que aceleran la degradación del electrodo negativo.
- Lo ideal es mantener la carga diaria en torno al 50%.
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