¿Qué quieren decir los silbidos constantes de un agente o que tenga los brazos extendidos horizontalmente? ¿Y las banderas de colores de sus coches? Es importante conocer el significado de todos estos gestos, porque sus señales tienen prioridad sobre el resto.
El artículo 143 del Reglamento General de Circulación recoge toda la normativa sobre las señales de tráfico, pero es el título IV del capítulo VI el encargado de explicar las de los agentes. Sus gestos deben ser fácilmente reconocibles para todos los usuarios, pero de poco sirve esto si los conductores no conocen su significado.
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Cuando los agentes van a bordo de uno de sus vehículos, son dos las señales que hay que entender. El brazo extendido hacia abajo, inclinado y fijo, indica al vehículo que tiene que detenerse en el lado derecho.
Una luz roja o amarilla intermitente ordena al conductor que les precede a pararse delante de ellos y a la derecha, sin generar riesgos o molestias al resto de los usuarios de la vía. A continuación, tendrán que seguir las instrucciones del agente.
¿Qué significan las banderas de los agentes?
En ocasiones, los agentes de tráfico pueden emplear banderas de distintos tonos: su significado dependerá de ellos. Cuando es de color rojo, significa que la calzada queda temporalmente bloqueada al tráfico para todos los vehículos, menos para aquellos a los que acompaña o escolta.
Si es verde, quiere decir que la carretera está, de nuevo, abierta al tráfico. Y si es amarilla, indica la proximidad de un peligro o que los usuarios deben extremar la atención. Estas banderas también las emplean para el orden, control o seguridad de cualquier actividad deportiva o no, como, por ejemplo, una carrera.
Los gestos de sus brazos
Los agentes que regulan el tráfico sobre la calzada se valen de sus brazos para indicar a los conductores qué deben hacer. Cuando los levantan verticalmente, significa que todos los vehículos que se acercan a su figura tienen que pararse siempre que puedan hacerlo con seguridad.
Si extienden uno o los dos brazos horizontalmente, los conductores que se aproximen en la dirección indicada por el agente tienen que detenerse. Y si extienden un brazo y lo mueve de arriba abajo, hay que reducir la velocidad del vehículo.
En otras ocasiones, los agentes utilizan su silbato: los toques cortos y frecuentes ordenan la detención de la marcha, mientras que los largos indican la reanudación. Y, por último, el balanceo de las luces rojas o amarillas obligan a los conductores a pararse.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.