La energía no se destruye, se transforma. Este es uno de los principios básicos que se estudian en la secundaria y que, aunque no se sea consciente de ello, afecta a cada simple aspecto de la vida cotidiana. Así, también influye en la conducción y no solo en el mero hecho de que el coche se mueva.
Durante un accidente de tráfico, las leyes de la física y del movimiento también entran en juego. En concreto, la tercera ley de Newton explica qué sucede con la velocidad y el movimiento cuando dos vehículos colisionan frontalmente.
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Por partes. Las conocidas como leyes del movimiento de Newton son tres principios que explican la mecánica clásica, en concreto, los problemas planteados con el movimiento. Son la ley de la inercia, la de la dinámica y el principio de acción y reacción.
Esta tercera ley explica que si un objeto ejerce fuerza sobre otro, este segundo ejercerá la misma fuerza en dirección opuesta. Por ejemplo, si un coche choca contra un muro a una velocidad de 50 km/h, el muro devolverá esa misma fuerza hacia el vehículo. Por esta razón los coches se deforman al chocar.
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Es decir, las fuerzas ejercidas por los dos objetos no se suman, ya que forman parte del binomio acción-reacción: los 50 km/h de fuerza que ejerce el coche son devueltos el dirección contraria, no sumados a la energía inicial.
La cinética y la velocidad
No obstante, dentro de todos estos cálculos y explicaciones entre en juego la fórmula de la energía cinética. La energía cinética es aquella que posee todo cuerpo en movimiento. También se entiende como la fuerza necesaria para que un cuerpo, de una masa determinada, acelere hasta la velocidad indicada.
Para calcular la energía cinética de un vehículo hay que multiplicar la mitad de su masa por la velocidad a la que circula. Este concepto interviene en un choque frontal en tanto que las fuerzas con las que choquen los vehículos variará según su energía cinética.
La energía de la colisión no se duplicará (debido al principio de acción-reacción de Newton), pero la energía del vehículo con una mayor masa será mayor y, por lo tanto, la fuerza con la que choque, también.
Como consecuencia de estos principios de la física y la mecánica, la velocidad influye altamente en la gravedad de los accidentes de tráfico. Una menor velocidad se traduce en una menor energía dinética y, por lo tanto, en una menor fuerza en el momento de la colisión.
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