El GPS no indica la misma velocidad que el coche: ¿cuál es la correcta?

¿Por qué hay diferencia entre los datos que marca el coche y los que señalan los navegadores?: no es por error ni por casualidad.

velocimetro
Imagen del cuadro de instrumentos de un coche.

Las aplicaciones de navegación como Google Maps o Waze son cada vez más usadas por los conductores, ganando terreno respecto a los sistemas de navegación que incorporan de fábrica los vehículos.

Y es que el coste de esta segunda opción suele ser elevado, además de que exige actualizaciones periódicas también de pago.

Velocímetro frente a GPS

Si uno se fija, hay una diferencia entre la velocidad que marca el coche y la que señalan estos navegadores. Para empezar y a modo de puesta en escena, la normativa europea UN ECE dice que la velocidad indicada por el vehículo no podrá ser inferior a la velocidad real del vehículo.

Por eso, lo que muestra el velocímetro no es nunca una velocidad más baja de la que se circula en realidad. Es más, suele mostrar una velocidad más alta de la real. Y esta es la principal razón de que la velocidad indicada por el coche y por los navegadores no coincida.

Velocímetro coche
Velocímetro coche.

La exactitud del GPS

Estos dispositivos calculan la velocidad en base al GPS que geolocaliza el vehículo en un determinado periodo de tiempo. Esto hace que esta velocidad mostrada por las aplicaciones sea mucho más exacta que la que indica el coche.

Por lo tanto, esta diferencia de velocidad entre el coche y estos sistemas no se debe a error alguno. Se trata más bien de cumplir la legislación vigente. Pero esto tiene una lectura también muy positiva: si el conductor se fija en la velocidad que indica el coche y respeta los límites de la vía, evitará siempre recibir sanciones por exceso de velocidad.

¿Cómo funciona un GPS?

GPS significa en español ‘Sistema de Posicionamiento Global’. Se trata de una tecnología que permite determinar la ubicación exacta de, este caso, el vehículo, en cualquier parte del mundo, que tenga cobertura satelital claro.

Y es que el corazón del sistema GPS son los satélites en órbita alrededor de La Tierra que envían señales de radiofrecuencia. Y los dispositivos, como los que se usan en los coches o smartphones, captan las señales de los satélites.

Para determinar la ubicación, el GPS utiliza un método llamado trilateración (técnica geométrica para determinar la posición de un objeto conociendo su distancia a tres puntos de referencia). Un buen ejemplo para entenderlo es imaginarse un cielo lleno de satélites, cada uno orbitando La Tierra y enviando señales constantemente. El dispositivo GPS necesita captar la señal de varios de estos satélites. Cada satélite tiene su propia órbita, parámetros y reloj, lo que permite que cada señal sea única y rastreable. Con esta información, el GPS calcula la distancia entre el satélite y el dispositivo y, como consecuencia, la ubicación de este último.

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