Cómo reconocer los ruidos del coche que anticipan una avería

Poniendo atención a los sonidos del vehículo se pueden prevenir daños mayores en determinados componentes.

Averías
Las averías pueden llegar en el momento más inoportuno. | GETTY IMAGES

El oído es uno de los sentidos fundamentales en la conducción. Mantiene al automovilista en contacto con su entorno como complemento a la visión, advirtiendo de la presencia de otros vehículos o de posibles riesgos. Y, ocasionalmente, también sirve para identificar el mal funcionamiento de determinados componentes del coche.

Algunas averías se producen con inmediatez, pero buena parte de ellas son el producto de un fallo prolongado en el tiempo. En estos supuestos, pueden detectarse sonidos que sirvan para anticipar que algo va mal en el vehículo, ya sea en su motor o en otros elementos como los frenos, la suspensión, la dirección o las ruedas.

Así que afinar el oído puede resultar de mucha utilidad en para prevenir averías que irán a mayores, quizá provocando daños que se evitarían con una visita al taller en el momento justo, antes de que el desastre se produzca.

Sonidos que anticipan una avería

Estos son algunos de los ruidos que sirven para pensar que la avería acecha:

  • Ruidos en frío del motor. Los sonidos provenientes de la zona alta del motor, de la culata, en frío y cuando la lubricación todavía no es la ideal pueden avisar de un mal reglaje de la distribución, generalmente de las válvulas.
  • Ralentí irregular. Si el coche no es capaz de mantener el ralentí de forma estable, generalmente se debe a una entrada irregular de aire al motor. Suele ocurrir porque el filtro de aire está sucio, en ocasiones también el del gasóleo en los coches diésel.
  • Chirrido en parado. Igualmente estando al ralentí se pueden escuchar chirridos, asociados casi siempre a correas desgastadas que resbalan sobre poleas y provocan ese sonido. Lo más frecuente es la correa de servicio o del ventilador.
  • Silbido del turbo. Los coches con turbo emiten siempre un ligero silbido cuando el compresor va cogiendo presión. Pero si este ruido normal aumenta de intensidad, quizá esté advirtiendo de alguna fuga en el sistema e incluso de un fallo del propio turbo.
  • Golpeteos al cambiar de marcha. Mal síntoma. Los golpeteos o sacudidas al cambiar de marcha se deben, por lo general, a un cojinete del cambio defectuoso. Comprobarlo y solucionarlo cuanto antes es lo indica para evitar daños mayores.
  • Chirridos de pedales. No es tan frecuente, pero puede ocurrir que cualquiera de los pedales, principalmente el acelerador y el embrague con mayor recorrido, se resequen al perder lubricación y comiencen a chirriar. Sin ser problemático es molesto, así que engrasarlos de cuando en cuando nunca está de más.
  • Ruido agudo al frenar. Los frenos también son fuente habitual de sonidos indeseados en los vehículos. Lógico al estar sometidos rozamientos constantes, que se traducen en chirridos cuando el ferodo de las pastillas se agota y empiezan a tocarse metal contra metal. También puede ocurrir con pastillas cristalizadas o sucias.
líquido de frenos
  • Crujidos en la frenada. Más delicado incluso resultan los crujidos o golpeteos al accionar los frenos. Advierten de alguna pieza del sistema mal montada, floja o deteriorada, con el riesgo que ello supone en condiciones de alta exigencia.
  • Golpes en irregularidades del asfalto. Junto con balanceos de la carrocería excesivos, estos golpes al pasar sobre baches, badenes o asfalto irregular denota el mal estado de los amortiguadores. Además de molesto, en un determinado momento puede llegar a ser peligroso y su sustitución es obligada.
  • Chirrido al girar el volante. Se presenta en las direcciones hidráulicas (no eléctricas, muy comunes en la actualidad) y suele ser sintomático de un bajo nivel del líquido correspondiente, que provoca la aparición de burbujas en el circuito procedentes de la entrada de aire en la bomba. Si no se repara a tiempo, este último elemento puede dejar de funcionar.
  • Traqueteo en parado. Por otra parte, si al girar la dirección en parado, en las habituales maniobras, se produce un traqueteo es más que probable que se haya desgastado la junta de la dirección y haya perdido el engrase necesario para funcionar correctamente.

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