Las palabras del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, confirman la necesidad de la vigilancia: un 34% de las personas fallecidas en carretera entre enero y marzo de este año no llevaba puesto el cinturón de seguridad. “¿Parece mentira, verdad? Pues es así”, dijo Marlaska este miércoles, durante la presentación de las nuevas medidas de la Dirección General de Tráfico (DGT) para frenar el incremento de la mortalidad en los siniestros viales.
Ya lo había constatado la DGT en su última campaña específica, realizada del 11 al 17 de marzo. Todavía hay quien viaja desprotegido. Tráfico vigiló el paso de 416.926 vehículos entre turismos, taxis, vehículos de mercancías y autobuses, y los agentes formularon 5.841 denuncias a conductores y pasajeros por no hacer uso de los sistemas de retención reglamentarios. Se trata de una minoría que asume un riesgo excesivo.
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El Proyecto Baseline, un programa de seguridad vial en el participan 18 países europeos, certifica que la norma se cumple casi siempre en España. El 96% de los conductores y los ocupantes de las plazas delanteras usa el cinturón; en las traseras, el porcentaje es del 94%.
Al mismo tiempo, sin embargo, un elevado porcentaje de quienes no lo utilizan paga las consecuencias: en 2023, fallecieron en las vías interurbanas 139 personas que viajaban en turismo o furgoneta sin el cinturón de seguridad en el momento del siniestro. Es decir, el 25% de los muertos en carretera no se protegía adecuadamente.
Con datos como este como fundamento, la Organización Mundial de la Salud calcula que el uso del cinturón de seguridad puede reducir hasta en un 50% la probabilidad de muerte en caso de siniestro.
Cómo vigila la DGT el uso del cinturón
Para evitar esta conducta de riesgo, además de las campañas de vigilancia sobre el asfalto, la DGT cuenta con 227 cámaras específicas dedicadas a esta tarea. Estrenadas en septiembre de 2017, sus fotos han servido para detectar a miles de automovilistas o pasajeros que incumplían la norma. Están ubicadas en vías principales y secundarias y sus imágenes se someten a “un severo control de calidad”, en palabras de la DGT, antes de llegar al domicilio del conductor en forma de multa.
Las propias cámaras envían las imágenes al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas, donde un programa informático las revisa mediante técnicas de visión artificial. Si el cinturón de seguridad está abrochado, las fotos se descartan.
Cuando el sistema no identifica el uso de este elemento de protección, los operadores de Tráfico las revisan manualmente y rechazan aquellas en las que puedan existir dudas sobre el uso del cinturón, según explica la DGT en su revista Tráfico y Seguridad Vial. Cuando las fotos ya están revisadas, se envían a la jefatura provincial correspondiente para una última inspección. Allí, si procede, se formula la denuncia.
No utilizar el cinturón de seguridad o el sistema de retención infantil (o hacerlo de forma inadecuada) se considera infracción grave de la ley de tráfico y se castiga con una multa de 200 euros y una retirada de cuatro puntos del carnet de conducir.
Las cámaras de cinturón de seguridad de la DGT
La ubicación de las cámaras de vigilancia del uso del cinturón de seguridad es pública y está disponible en la web de la DGT, que distribuye así los 227 dispositivos de control:
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