La Generalitat de Cataluña anunció hace un mes que dos tramos de autovía serían gratuitos a partir de este mes de noviembre. Efectivamente, este lunes han entrado en vigor las medidas que hacen gratuitas la C-32 y la C-16.
No van a ser gratis para todos los conductores y habrá que cumplir una serie de requisitos para poder disfrutar de las bonificaciones, que llegan con algunas críticas por parte de la opinión pública.
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La C-16, entre Terrassa y Manresa, y la C-32, entre Sitges y El Vendrell, son ya gratuitas. La medida se ha tomado pensando en la saturación que sufren otras vías cercanas y sin peajes, como es la C-55. Por el momento, la gratuidad de estas autopista se aplica solo a los turismos, mientras que se hará efectiva para las motos a partir del próximo 16 de diciembre.
Justo en el estreno de las bonificaciones en este tramo, la C-32 se encuentra cortada este lunes por las fuertes lluvias en el tramo entre Castelldefels y Sant Boi de Llobregat (Barcelona). La zona de Gavà es la que se encuentra más afectada por las inundaciones.
Cómo recorrer la C-16 y la C-23 gratis
Los descuentos no son para todo el mundo. La Generalitat ha querido favorecer a los conductores que recorren estas autopistas a diario por motivos laborales u obligaciones personales. Así, la C-32 y la C-6 solo serán gratuitas de lunes a viernes, en trayectos de ida y vuelta en menos de 24 horas.
Estas limitaciones han sido criticadas por sectores como el de ocio y restauración ya que afectan al flujo del tráfico turístico que llega desde Barcelona hacia estas zonas. En el caso de la C-32, sobre todo, esta autopista es la que permite un más fácil acceso a las zonas costeras de Tarragona.
Si se cumplen estas condiciones principales, habrá que dar un paso más para no pagar los peajes de la C-32 y la C-16. El primero será registrar la matrícula del vehículo en la web de Autema y, al mismo tiempo, utilizar un dispositivo de pago telemático (tipo Via-T) o descargarse la aplicación gratuita Awai.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.