Son muchos los coches equipados con un freno de mano eléctrico, pero, a día de hoy, ganan los modelos que cuentan con uno tradicional. Hay una poderosa razón por la que los conductores que tienen un vehículo así no deberían tirar de él sin compasión alguna.
Más información
El freno de mano tradicional está compuesto por un mecanismo tan simple como efectivo: se trata de un cable que está conectado a la palanca y acciona las pinzas o los tambores de los frenos traseros.
Así es cómo logra bloquear las ruedas del coche. Una carraca, que está en la propia palanca, es la encargada de mantener esa tensión cuando el conductor deja de tirar de la palanca y el vehículo permanece aparcado.
Cuidado con el cable y sus posibles averías
Dentro de este sistema, hay componentes fundamentales: el cable es uno de ellos. Si no tiene la tensión correcta, el freno de mano no funcionará como debe. Esa tirantez se puede perder (e, incluso, romper) cuando el conductor tira de la palanca con brusquedad o cuando hace mucha fuerza ante su resistencia.
La avería más leve es un cable destensado: para arreglarlo, hay que desmontar los paneles que rodean al freno de mano y aplicar la fuerza necesaria, con una llave inglesa, para que vuelva a estar tirante.
No es una operación complicada y tampoco lleva mucho tiempo, pero dependiendo del modelo y de la mano de obra… sí puede transformarse en una factura algo elevada: entre 20 y 100 euros. El caso más grave es una rotura del citado cable y de su funda. Sustituirlo puede rondar los 30-40 euros, una cifra a la que hay que sumar el coste del propio cable.
Hay que tener en cuenta, además, un freno de mano sin tensión obligará al conductor a tirar de la palanca, cada vez, más. Puede llegar un momento, incluso, en el que deje de funcionar. Al no poder ponerlo, habrá que engranar una marcha para inmovilizar el coche.
Cómo poner bien el freno de mano
Hay que seguir algunos pasos para accionar el freno de mano correctamente. En primer lugar, se debe pisar el freno de servicio y pulsar el botón de la palanca. A continuación, hay que tirar de ella hasta notar resistencia: esta es la señal para soltar el botón.
Después se puede levantar el pie del freno de servicio. El coche no debería moverse, pero si lo hace hay que tirar un poco más de la palanca. A partir de ahí, el vehículo descansará sobre el freno de mano.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.