El grabador de voces de cabina es uno de los elementos más valiosos de la caja negra de los aviones, ya que preserva las conversaciones y los avisos sonoros de la última media hora de vuelo (o hasta dos horas, según el modelo), una información vital en caso de siniestro. Además, las aeronaves llevan un grabador de datos que anota todo el tiempo parámetros como la velocidad, la altitud y el rumbo.
Un dispositivo como ese llevarán todos los turismos nuevos que se matriculen a partir del 7 de julio por imperativo de la Unión Europea. La caja negra de los coches, que muchos modelos ya utilizan, llega a la carretera para recopilar información que resultará muy relevante cuando se produzca un siniestro de tráfico.
Guardará y borrará constantemente: el EDR (registrador de datos de eventos, por sus siglas en inglés) ayudará a entender la siniestralidad vial y a prevenirla con anotaciones que sólo se conservarán si se produce un accidente grave.
Más información
En cuanto un choque violento haga disparar el airbag, la caja negra almacenará los datos generados durante los 30 segundos previos al golpe y en los cinco inmediatamente posteriores, que servirán luego para el análisis.
El airbag activa la caja negra
Esta tecnología (obligatoria en los homologados por la UE desde 2022), registra todo aquello que puede ayudar a comprender las causas de un siniestro: entre otras variables, anota la velocidad, la fuerza de la frenada, las revoluciones del motor, la fuerza de los impactos frontal y lateral, los movimientos del volante, la posición del acelerador y el funcionamiento del cinturón de seguridad y los airbags justo antes y después de un choque.
También queda constancia del día y de la hora, pero la Unión Europea no quiere averiguar más: la información no servirá para poner cara a los automovilistas ni para saber cuándo ni por dónde circulan. Ni tampoco se pretende determinar la culpabilidad en un siniestro gracias a la caja negra, sino comprenderlo y evitar otro similar o evaluar la eficacia de las medidas que se hayan tomado anteriormente.
El texto de la ley impone literalmente el carácter anónimo de los datos obtenidos por medio de la caja negra. Los EDR registrarán la información generada por el vehículo, pero “sin la posibilidad de identificar al propietario […] sobre la base de los datos almacenados”.
Lo común es que estos registradores, que no graban imágenes ni sonidos, vayan atornillados al chasis bajo el asiento del conductor, junto a la centralita del airbag.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).