¿Es mejor un freno de mano eléctrico que uno de palanca?

Los frenos de estacionamiento tradicionales se están convirtiendo en piezas de museo, ya que apenas se usan en los coches nuevos.

Freno de estacionamiento
Nueve de cada diez coches nuevos montan frenos de estacionamiento electrónicos. | Getty Images

Hay acciones de la vida cotidiana que, gracias a los avances tecnológicos, han perdido su significado. Desde colgar y descolgar el teléfono a tirar de la cadena, pasando por enchufar la radio. En el mundo de la automoción, tirar del freno de mano no tiene razón de ser en los nuevos automóviles.

El freno de estacionamiento, comúnmente llamado freno de mano, inmoviliza las ruedas de un vehículo de forma permanente. Su nombre proviene de la acción que hay que realizar con la mano en una palanca que permite su accionamiento. Se tira del freno de mano y el automóvil permanece detenido, sin moverse de su sitio.

Con los nuevos frenos de estacionamiento eléctricos, mediante un pequeño botón, se ha eliminado el esfuerzo de ponerlo y quitarlo.

Los frenos de mano en desuso

Tal y como ha revelado la empresa británica CarGurus en la quinta entrega de su informe anual sobre los frenos de estacionamiento, los fabricantes de automóviles continúan montando frenos de estacionamiento electrónicos en sus nuevos coches, eliminando los clásicos de accionamiento mecánico. 

Los modelos nuevos que ofrecen un freno de estacionamiento manual se reducen a solo el 13% en 2022, en comparación con el 17% en 2021 o el 37% en 2018

Las últimas marcas que han dejado completamente de lado los frenos de estacionamiento manuales han sido BMW y Peugeot. Audi continúa ofreciendo este tipo en el 1% de sus modelos, mientras que Vauxhall (Opel en el Reino Unido) ha reducido en más de un 40% sus modelos con frenos de estacionamiento tradicionales.

Frenos de estacionamiento electrónicos

El funcionamiento de un moderno freno electrónico es muy similar al antiguo. En los tradicionales, la palanca situada entre los dos asientos delanteros posibilita el tensado de un cable que acciona una pieza en el mecanismo de los propios frenos. Esta presiona las pastillas para bloquear las ruedas posteriores. 

Por su parte, en los nuevos frenos electrónicos, la palanca se sustituye por un botón con la letra P que ejecuta, al pulsarlo, la misma acción de subir la manija. Existen dos formas de actuación, cuando se presiona dicho botón, dependiendo del modelo:

  • Mediante un motor central: este tensa el cable que posteriormente activa el mecanismo de cada rueda.
  • Mediante un motor en cada rueda: unos pequeños motores eléctricos situados en cada pinza de freno accionan un conjunto de piñones que cierran la mordaza de cada uno de los discos.

Mecánicos o eléctricos

Si hay que decidir cuál de los sistemas es mejor, no se puede ser rotundo. Los dos cuentan con sus ventajas y sus inconvenientes.  

Por ejemplo, el freno de mano con accionamiento mecánico se puede desbloquear sin problemas si el coche se ha quedado sin batería y se quiere arrancar a empujón. Esto no sucede con el eléctrico, ya que se necesita la corriente de la batería para desbloquearlo.

Otro punto a favor del sistema clásico es que dispone de un menor número de componentes. Son más sencillos y, por lo tanto, menos susceptibles de sufrir averías que sus hermanos eléctricos. Las reparaciones de estos últimos pueden superar los 500 euros por la gran cantidad de componentes electrónicos de los que disponen.

Ventajas y desventajas del freno eléctrico

Los nuevos frenos con accionamiento eléctrico, por su parte, cuentan con una serie de puntos fuertes e inconvenientes.

Al no contar con una palanca, ocupan menos espacio en el habitáculo, lo que deja sitio a otros elementos en la consola central. Ofrecen también otros beneficios:

  • Ponerlo y quitarlo no supone ningún esfuerzo para el conductor.
  • Su funcionamiento está automatizado. Al apagar el motor, aunque el automovilista se olvide conectarlo, se activa por sí solo.
  • Al insertar una velocidad y acelerar, el sistema lo desconecta automáticamente.
  • Permite arrancar el coche en subidas pronunciadas, sin tirones o caídas involuntarias en retroceso.

Respecto a sus inconvenientes, el coste de las posibles averías no son los únicos:

  • En caso de fallo eléctrico o de un problema con la batería, existe una opción para liberar el freno en el manual del usuario del coche, por lo que hay que llevarlo siempre encima.
  • No se puede activar el freno de emergencia de forma gradual, tal y como sucede en el manual.
  • Su accionamiento en marcha no es instantáneo, sino que hay que accionar la tecla varios segundos.
  • Cambiar las pastillas de freno es más caro, ya que exige el uso de un equipo electrónico de diagnosis compatible.

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