Ya sea por evitar carga adicional en el coche (de 20 a 40 kilos, lo que elevaría ligeramente el consumo y las emisiones) o simplemente por ahorrar costes, cada vez son menos los fabricantes que incluyen una rueda de repuesto en los turismos.
Sin embargo, un automovilista puede sufrir un reventón o un pinchazo y necesita una solución, y además la ley puede castigar a quien no tenga medios para resolver el problema y se quede en el arcén.
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¿Es obligatorio llevar rueda de repuesto?
La ley no impone específicamente llevar una rueda de recambio… pero casi. Lo que hace el Reglamento General de Vehículos es dar a elegir: en los turismos es obligatorio contar con “una rueda completa de repuesto o una rueda de uso temporal, con las herramientas necesarias para el cambio de ruedas, o un sistema alternativo al cambio de las mismas que ofrezca suficientes garantías para la movilidad del vehículo”.
Incumplir este artículo de la norma se puede traducir en una multa de 200 euros, así que conviene contar con una solución para un posible pinchazo. Al menos, hasta que ya estén extendidos los neumáticos que no pinchan o las gomas capaces de cambiar de forma y cerrar el orificio que haya causado el pinchazo. Antes de que ocurra eso, en el mercado hay varias alternativas (con ventajas e inconvenientes) a la rueda de repuesto.
Kit repara pinchazos
Es la solución más extendida, pero también la menos eficaz. Los kits de reparación de pinchazos constan de una espuma que sirve para taponar el agujero de la cubierta y un compresor (se conecta a las tomas de 12 voltios) para volver a inflar el neumático. En algunos modelos la espuma viene dentro del compresor.
Esta opción libera mucho espacio en el maletero y sale económica (desde unos 30 euros). Aunque también tiene sus pegas, porque el arreglo es temporal y, tras el trayecto, la rueda deberá ser sustituida o reparada después en un taller especializado. Además, la espuma solo puede sellar orificios pequeños (cinco o seis milímetros como máximo) en la banda de rodadura. Si el daño es mayor o afecta al lateral del neumático, no sirve.
Un ejemplo de kit de reparación de pinchazos, es este que incluye un compresor y una botella de liquido que tapona los pequeños orificios. Es el más vendido en Amazon en la sección de accesorios para reparación de neumáticos con 4,4 estrellas sobre un total de 5. “He usado esta marca en la bici, moto y coche y funciona perfectamente”, opina un usuario.
Neumáticos reforzados o ‘runflat’
La tecnología de los vehículos blindados aplicada a los coches de calle. Estas ruedas permiten seguir circulando con uno o varios neumáticos pinchados durante 80 kilómetros a un máximo de 80 km/h, aunque algunos modelos amplían la distancia hasta 150. Y permiten prescindir de cualquier repuesto.
La clave está en su estructura reforzada: la goma no se sale de la llanta porque los flancos tienen un anclaje especial y en el interior hay un bloque de goma que es el que soporta el peso del coche cuando se pierde al aire. Pero después hay que reemplazar la cubierta y puede resultar difícil encontrar recambio. Asimismo, son en torno a un 20% más caras y tampoco se puede montar una goma normal, porque la llanta es específica.
Rueda de emergencia
Más pequeña, pero sin limitación de distancia. Es la hermana menor de la rueda de recambio tradicional. Funciona igual y exige montaje, aunque una vez instalada no presenta limitaciones de distancia. Por su diseño más estrecho y cuestiones de seguridad, eso sí, la velocidad máxima de circulación se limita a 80 km/h.
Resta poco espacio de carga y tiene un precio medio de unos 80 euros, aunque también presenta sus contras, porque no siempre tiene la misma altura que las ruedas originales y puede suceder que al montarla el coche circule ligeramente inclinado. Aun así, resulta más recomendable que los dos sistemas anteriores, porque no requiere revisión posterior y permitirá llegar al destino.
Cubiertas autosellantes
El pinchazo se repara solo sin tener que detenerse. Los neumáticos integran una espuma como la de los kits que, en caso de pinchazo, se esparce automáticamente para taponar el orificio. El conductor no tiene que detener el vehículo, ni probablemente note nada.
Los aspectos mejorables son los mismos que en los kits: la espuma sella daños pequeños en la banda de rodadura, pero no de mayor tamaño ni en el lateral, y el neumático requiere revisión posterior en un taller, aunque se puede seguir el camino. En el peor de los supuestos, que haya que cambiarlo y que no se encuentre repuesto, se podría poner cualquier cubierta, porque el anclaje a la llanta es normal. Hay modelos que incluyen una rueda de recambio con las mismas características.
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