Frenada de emergencia: ¿es necesario pisar también el embrague?

En todos los coches matriculados a partir de 2022, se hace obligatoria la incorporación de los sistemas de ayudas a la conducción (ADAS). Se trata de un conjunto de innovadoras soluciones tecnológicas que se integran en los vehículos para mejorar la seguridad tanto del conductor y los pasajeros como del resto de ocupantes de la vía.

Gracias a estas ayudas se va a conseguir rebajar la cifra de siniestros en las calles y carreteras. Todo lo que suponga una ayuda al conductor, repercutirá en la seguridad vial. Entre todos estos sistemas, uno de los más importantes es el del frenado de emergencia, cuya función es la de frenar por el conductor si en ese momento está distraído, o aplicar más potencia sobre el pedal de freno si fuera necesario.

Este dispositivo toma el control del pedal de freno cuando la situación lo requiere. La centralita es capaz de dirimir si necesita asistir al conductor en esas situaciones de peligro. La tecnología al servicio de la conducción. Aunque, evidentemente, no todos los coches disponen de este moderno mecanismo, por lo que cuando se presenta una situación de peligro en la frenada, hay que conocer como resolverla.

Distancia de frenado

Existen tres tipos de distancia que son fundamentales en la conducción: la distancia de seguridad, la distancia de reacción y la distancia de frenado. Al cumplir con los preceptos de cada una de ellas, se aumenta la seguridad exponencialmente y habrá menos posibilidades de sufrir accidentes.

La definición de la distancia de frenado según el diccionario es: “la distancia recorrida por un vehículo desde el instante de aplicación de los frenos hasta su detención total”. Además, intervienen otros valores añadidos, como la velocidad previa y el peso del vehículo.

De esto se desprende que a mayor velocidad y/o carga, mayor será el tiempo de frenado y la distancia recorrida hasta que el automóvil se haya detenido. Además, también influye el estado del vehículo, principalmente ruedas y amortiguadores, y el de la vía, ya que estos elementos pueden incrementar por dos la distancia de frenado.

Cómo actuar ante una frenada de emergencia

Más allá de conceptos teóricos, lo primero que se debe de hacer ante una situación inminente de peligro, es pisar con energía el pedal del freno para reducir rápidamente la velocidad del coche. Si el coche dispone de ABS, no es necesario preocuparse de nada más. 

Sí, por el contrario, no cuenta con este elemento de seguridad activa, se debe levantar ligeramente el pie del pedal de freno al notar que las ruedas comienzan a bloquearse. Lo que jamás debe suceder, ante una situación de frenada de emergencia, es permitir que el coche se cale.

Por eso, es fundamental pisar con intensidad tanto el freno como el embrague. Todos los expertos en seguridad vial afirman que al pisar el embrague y el freno simultáneamente, se evita que el motor y la caja de cambios sigan empujando el coche y así perder más inercia que ayude a que el vehículo se detenga antes.