A la hora de vender un coche en España, se puede optar por varias opciones, ya sea acudir a un concesionario de automóviles, utilizar plataformas en internet especializadas en compraventa de vehículos, publicitarlo en redes sociales y portales de anuncios o el más clásico ‘boca a oreja’ entre amigos y familiares. Además, es fundamental tener la documentación en regla y llevar a cabo el cambio de titularidad en la DGT para poder formalizar la venta.
Asimismo, es necesario disponer de un contrato de compraventa, de la ficha técnica del coche y del permiso de circulación. A esto hay que añadir una fotocopia de los dos DNI (vendedor y comprador) y el recibo del último impuesto de circulación. El comprador deberá pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y presentarlo en Hacienda para, después, hacer en una Jefatura de Tráfico el cambio de titularidad antes de que pasen 10 días desde la fecha efectiva de la venta.
La práctica que está terminantemente prohibida en España es la de colocar un cartel de “Se vende” en un coche estacionado en la vía pública. Esta puede acarrear sanciones, ya que se considera que el vehículo está realizando una actividad de venta ambulante o se está utilizando como un soporte publicitario en un espacio no autorizado. Las sanciones implicadas en esta práctica pueden venir por dos estamentos: DGT y ayuntamientos.
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Cartel de ‘Se vende’
La prohibición de colocar este tipo de carteles en los coches que se quieren traspasar afecta en primer lugar a la seguridad vial, ya que cualquier objeto que obstruya la visibilidad del conductor, como un cartel en el parabrisas o las ventanillas, puede comprometer la seguridad vial y aumentar el riesgo de accidentes. Si un conductor es sorprendido circulando con este cartel, la multa puede ascender a 200 euros.
Aunque más allá de la sanción impuesta por los agentes de tráfico, infinidad de municipios en España tienen ordenanzas que prohíben este tipo de publicidad en vehículos estacionados en la vía pública, considerándolo un uso indebido del espacio público.
Esta sanción puede variar en función de la ordenanza municipal de la localidad. Por ejemplo, en Madrid la multa es de 90 euros y si el coche es retirado por la grúa municipal, se deberá también pagar por este hecho. En el otro lado de la balanza se encuentra Vitoria, donde, según su ordenanza municipal, es considerado como una falta grave y las sanciones pueden ir desde 750 euros hasta 1.500 euros.
La botella en el techo de Argentina
En Argentina, cuando una persona coloca una botella encima del techo de su coche, está diciéndoles a los demás usuarios de la vía que ese vehículo está en venta. Esta práctica hace años que se institucionalizó. Según cuentas los registros, en la década de 1940, la Dirección General Impositiva (DGI), Organismo encargado de la aplicación, percepción, recaudación y fiscalización de impuestos nacionales en la República Argentina, cobraba un tributo por la venta de coches usados. De ahí que el “ingenio popular” buscó un código visual para evadirlo.
Así, actualmente se sigue empleando esta práctica. La botella en el techo es una señal que indica que el vehículo está en venta. Es una forma económica y efectiva de llamar la atención de los posibles compradores que transitan por esa calle. Al pasar al lado de un automóvil con una botella en el techo, los interesados pueden reconocer inmediatamente que el propietario está interesado en venderlo.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.