Hay muchos factores que intervienen en el consumo de combustible de un coche. La forma en la que el conductor conduce el vehículo es una de ellas, pero hay otras que pueden pasar desapercibidas. El uso de los sistemas de climatización, la existencia de posibles averías, un mal mantenimiento…
Un estudio del laboratorio nacional Lawrence Berkeley ha encontrado un nuevo factor que afecta al consumo de combustible del vehículo. Y es uno que pocos conductores se habrán parado a considerar antes de comprarse el coche.
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Según las conclusiones del proyecto ‘Cool Cars’ de este laboratorio, apoyado por la Comisión de Energía de California, el color de la carrocería del coche contribuye a mejorar las cifras de consumo de combustible o, por el contrario, a empeorarlas.
Aunque la hipótesis parezca disparatada, la razón que hay detrás tiene mucho sentido. La investigación concluye que “las pinturas que reflejan la luz del sol reducen el aumento de temperatura en el interior del coche”. Y ahí está la clave.
El color de la carrocería, clave
Es decir, una carrocería de un color claro, que refleje los rayos del sol, contribuirá a mantener el habitáculo a menos temperatura por este reflejo. Y, al contrario, las carrocerías de tonos oscuros, que tienden a absorber los rayos del sol, contribuirán a que la temperatura en el interior del vehículo aumente.
¿Cómo se traduce este comportamiento de la luz solar en el consumo de carburante? Muy sencillo: cuanto más calor haga en el interior del coche, más utilizarán los pasajeros el climatizador y, por lo tanto, más energía demandarán, aumentando el consumo de carburante.
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Estas conclusiones no surgen de la nada. Este mismo laboratorio realizó pruebas con dos turismos tipo sedán idénticos, salvo por un detalle: uno era plateado y otro, negro. Ambos coches se dejaron aparcados al sol en ciclos de una hora con el aire acondicionado apagado y una media hora posterior con el climatizador encendido al máximo. Pasados cinco ciclos, los investigadores midieron la temperatura del techo, el salpicadero, el parabrisas, los asientos, las puertas y del aire en el habitáculo.
Estos colores consumen menos combustible
El techo del automóvil plateado llegaba a estar hasta 25 grados más frío que el techo del automóvil negro. La temperatura del aire en el habitáculo mostraba diferencias de entre cinco y seis grados centígrados. En general, el esfuerzo para enfriar el interior del coche plateado fue 13% menor que en el automóvil negro. Los colores claros son más fríos y reflejan hasta un 60% más la luz solar, mientras que los tonos oscuros se comportan de manera completamente contraria.
Antes de escoger el color de un coche nuevo, es interesante considerar este dato. Una carrocería de color claro ayudará a mantener a raya el uso del aire acondicionado y, por lo tanto, el consumo en combustible. Otra manera de evitar que el climatizador consuma más de la cuenta es acostumbrarse a pasar calor, al menos durante los primeros momentos del viaje, hasta que el sistema coja fuerza y empiece a enfriar.
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