Los neumáticos son el único elemento del coche que está en contacto constante con el asfalto. Saber cuándo hay que cambiarlos es determinante para conducir con seguridad y reducir el riesgo de sufrir un accidente.
No hay una fecha exacta en la que cambiar los neumáticos del coche, ni tampoco un kilometraje preciso. Son muchos los factores que intervienen en el desgaste de las gomas del coche y los que hay que tener en cuenta para decidir cuándo cambiar las ruedas.
1. Profundidad y superficie del neumático
La primera característica del neumático a la que el conductor deberá prestar atención para saber cuándo cambiarlo será la profundidad del dibujo de la banda de rodadura. El límite legal es de 1,6 milímetros y circular con menos será motivo de multa de tráfico.
Después, habrá que fijarse en la superficie de la rueda. Si se aprecian cortes, abolladuras o daños en el neumático, tocará cambiarlo. Circular con las gomas así aumenta las posibilidades de sufrir un reventón en carretera.
Bonus: el truco de la moneda
Los cuatro puntos de contacto con el asfalto de nuestro automóvil (dos en el caso de las motos) deben presentar un estado óptimo de utilización, tanto en lo que se refiere a las presiones como al dibujo de la banda de rodadura. Según un estudio realizado por Continental, dos tercios de los conductores desconocen cuál es la profundidad correcta en los neumáticos.
Para saber si la necesidad es urgente existe un método rápido y sencillo. Solo hace falta colocar un euro en posición vertical sobre la banda de rodadura: si el borde dorado de la moneda queda cubierto por la goma, significará que el neumático es todavía utilizable.
2. Kilometraje
Aunque los neumáticos del coche se deban cambiar cuando toque, sí que los expertos se aventuran a dar fechas y números más genéricos sobre cuándo sustituir las ruedas. Tomando como ejemplo un turismo compacto, con un uso combinado en carretera y ciudad dentro de la media y tracción delantera, los neumáticos delanteros deberán cambiarse cada 40.000 kilómetros y los traseros, cada 60.000 kilómetros.

Si cambian las circunstancias (el coche es más pesado, tiene más potencia, otro tipo de tracción, se lleva más carga en el maletero…), este kilometraje indicativo para el cambio del neumático será menor.
3. Ojo con la fecha de fabricación
Pero, además, hay que tener en cuenta la fecha de fabricación del neumático. En el flanco de la goma, aparecen siempre cuatro cifras que indican la semana y el año de fabricación. Teniendo esto en cuenta, y aunque se hayan recorrido pocos kilómetros, habrá que revisar el estado de los neumáticos una vez pasados los seis años. Si están en buenas condiciones, se podrán seguir usando.
Los expertos desaconsejan, eso sí, seguir montando los mismos neumáticos una vez pasados los 10 años desde su fabricación. Cuando las gomas cumplen una década de antigüedad, sus propiedades pueden verse alteradas. Esto provocará que el neumático no responda adecuadamente al contacto con el asfalto.

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