No quitar el hielo del parabrisas, un descuido que puede terminar en una multa de la DGT 

Las prisas no suelen ser buenas compañeras de viaje: menos aún en los meses más fríos del año. Si, por la mañana, al coger el coche no se invierte el tiempo necesario en acondicionarlo retirando el hielo y la nieve, esa dejadez puede salir cara. 

Hay que tener presente que, al volante, el 90% de la información que recibe el conductor llega a través de la vista. Si las lunas del coche no están en perfecto estado, pueden limitar su visión y, además, interferir en el funcionamiento de los sistemas de ayudas a la conducción que tienen las cámaras en el parabrisas delantero. 

No retirar por completo el hielo o la nieve de las lunas delantera y trasera puede, por lo tanto, ser motivo de castigo. Lo cierto es que el Reglamento General de Circulación (RGC) no prohíbe, de forma específica, circular de esta manera. Sin embargo, las autoridades tienen una vía para sancionarla. 

El artículo 19.1 del RGC establece que “la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule sin interferencias de láminas o adhesivos”. 

Si el hielo o la nieve interfieren en la visión del conductor, los agentes podrían imponer una multa. Lo mismo sucedería si los cristales están extremadamente sucios. En estos casos, la sanción sería de 80 euros. 

200 euros e inmovilización 

Eso sí, si consideran que la presencia de hielo o nieve en el parabrisas compromete la seguridad vial, la infracción será grave y la multa, en consecuencia, subirá hasta los 200 euros. 

En este sentido y aplicando el artículo 104 de la ley de tráfico, el vehículo podría, incluso, ser inmovilizado si la autoridad considera que presenta “deficiencias que constituyan un riesgo especialmente grave para la seguridad vial”. 

Además de esto, el conductor podría recibir otra multa si, a causa del hielo o la nieve, el estado del limpiaparabrisas es deficiente o no funciona: 80 euros. 

Cuidado con la matrícula 

Buena parte de los conductores olvidan retirar el hielo y la nieve de un elemento de vital importancia: la matrícula. Teniendo en cuenta que sirve para que el coche pueda ser identificado por los agentes o por cualquier dispositivo electrónico de la Dirección General de Tráfico, su visibilidad es obligatoria. 

Si el hielo, la nieve o la suciedad impiden su correcta lectura, el conductor podrá ser sancionado por cometer una infracción grave. Igual que ocurre en el caso anterior, la multa asciende a 200 euros sin pérdida de puntos en el carnet de conducir.