De las tres personas muertas en la carretera el fin de semana pasado, según el recuento de la Dirección General de Tráfico (DGT), ninguna iba en coche. Un peatón murió atropellado y las otras dos eran motoristas, dos nuevas marcas negras en una estadística que Tráfico no logra doblegar.
Las cifras crecientes de siniestralidad entre los motoristas (286 muertos en 2023 en vías interurbanas, un 18,7% más que el ejercicio anterior) empujaron al Ministerio del Interior y a la DGT a anunciar dos cambios de calado que han disgustado al sector de las dos ruedas, pero que, en todo caso, tardarán en trasladarse al asfalto.
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Así, los motoristas estarán obligados a usar guantes homologados y un casco integral o modular cuando circulen por carretera, y los poseedores del permiso B ya no podrán llevar una moto de hasta 125cc sin más, sino que deberán superar antes un curso.
Pero no hay fechas: Tráfico tiene que desarrollar las propuestas y después habrá que reformar dos reglamentos mediante un real decreto. El organismo casi descarta que los cambios estén aprobados antes de que acabe 2024.
Un curso para conductores con permiso B
En la actualidad, los conductores con carnet de conducir B con tres años de antigüedad pueden llevar motocicletas de hasta 125cc. La DGT quiere que esas personas reciban un adiestramiento específico que los acerque a las peculiaridades de las motos y sus peligros.
El diseño del curso está todavía en estudio y su desarrollo tardará. El objetivo es replicar los sistemas de algunos países del entorno, es decir, facilitar a los aspirantes una formación práctica y teórica de varias horas, pero sin examen final.
A falta de casi todo, la única idea clara es que la imposición no tenga carácter retroactivo, confirman fuentes de Tráfico: irá dirigida exclusivamente a los nuevos conductores y motoristas. Quien hasta ahora haya conducido una motocicleta con su permiso B podrá seguir haciéndolo.
De cualquier modo, establecer la obligatoriedad de este curso requiere la reforma del Reglamento General de Conductores mediante un real decreto que debe ser aprobado en el Consejo de Ministros. El diseño de esta formación (probablemente consensuada con el sector) y la tramitación de los cambios en el reglamento retrasarán la medida, casi con seguridad, a 2025.
Casco integral y guantes obligatorios
Algo similar ocurre con la exigencia del uso del casco integral y los guantes homologados a los motoristas cuando circulen por vías interurbanas, ya que será necesario modificar el Reglamento General de Circulación.
La patronal de las motos ANESDOR no entiende las medidas. “Consideramos que no son las mejores para frenar los datos de la siniestralidad en nuestras carreteras. No aportan soluciones, pero que sí tendrán un impacto económico muy negativo en nuestro sector”, sostiene el presidente de la asociación, Jordi Bordoy.
Esta asociación percibe como especialmente “dañina” la creación del curso obligatorio para los conductores con permiso B que quieran llevar motos de hasta 125cc. El temor es que se caiga la compra de escúteres de esa cilindrada, el segmento más pujante en las dos ruedas.
Como argumento, ANESDOR se apoya en las cifras aportadas por las aseguradoras. Los conductores con permiso B son uno “de los perfiles que mejor se comporta”, con un 8% de frecuencia de siniestralidad. A su lado, los poseedores del carné A1, el que se utiliza para ese tipo de motos, alcanzan un ratio del 12%.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).