¿Se ha encendido el testigo del aceite en el cuadro? Descubre cuánto tiempo puedes conducir así y lo que debes hacer

No dejes que el pánico se apodere de la situación. Sigue estos pasos para evitar una avería irreversible y muy cara.

Testigo aceite motor
Testigo aceite motor. | Getty Images

El cuadro de instrumentos de un coche es un universo de símbolos, pero pocos son tan alarmantes como el testigo del aceite. Cuando esta luz, con forma de aceitera goteando, se enciende mientras se está circulando, no es una simple advertencia, es un grito de auxilio del corazón del vehículo. Su función es tan crucial como sencilla: indica un problema grave en la presión del aceite, un líquido vital que lubrica, enfría y protege las piezas móviles del motor.

Un motor es un delicado mecanismo de engranajes y pistones que se mueven a miles de revoluciones por minuto. Sin la lubricación adecuada, estas piezas metálicas rozan entre sí. Este contacto directo genera una fricción incontrolable, provoca un calor excesivo y, en cuestión de minutos, puede fundir algunos componentes internos. El resultado es un daño costoso e, incluso, irreversible.

Conducir con el testigo encendido

La pregunta del millón es: ¿cuánto tiempo es seguro conducir con la luz del aceite encendida? La respuesta de cualquier mecánico es rotunda: nada. Si esta luz se ilumina, no hay que posponer la parada. La primera acción debe ser buscar un lugar seguro al arcén, apagar el motor de inmediato y jamás intentar seguir la marcha, ni siquiera para llegar al taller más cercano.

Aunque la causa más común sea un nivel bajo de aceite, que se puede solucionar rellenando el depósito, también podría tratarse de una avería más seria, como un sensor de presión defectuoso o, en el peor de los casos, la bomba de aceite. El primer caso es un problema menor, que podría costar unos 200 euros en un taller. Sin embargo, una bomba de aceite en mal estado puede derivar en una reparación mucho más onerosa. La pieza en sí puede oscilar entre los 50 y los 500 euros, pero la complejidad de la mano de obra, junto a otros componentes que puedan haberse dañado, puede disparar el coste.

Revisar los niveles a menudo

Para prevenir cualquier contratiempo con la lubricación, es fundamental revisar el nivel de aceite con regularidad. Esta simple tarea, que suele quedar en el olvido, es la mejor defensa contra costosas averías en el motor. Comprobar el nivel del aceite de forma periódica permite detectar a tiempo si existe alguna fuga o si el coche está consumiendo más aceite de lo normal, garantizando así que el corazón del vehículo esté siempre protegido.

Y es que, un hábito tan sencillo como este puede ahorrar miles de euros en reparaciones. Por esta razón, cabe reiterar que la única solución sensata si el testigo del aceite se enciende es detener el vehículo, revisar el nivel a través de la varilla y, si el problema persiste tras rellenar, llamar a una grúa. No merece la pena arriesgarse a una avería que podría costar el cambio de motor solo por unos pocos kilómetros más de conducción.

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