Aceite del motor: cómo revisarlo y qué ocurre si no se cambia

El nivel de este lubricante debe comprobarse a menudo y hay que sustituirlo cuando corresponda para evitar averías de hasta 4.000 euros.

aceite motor coche

Revisar el nivel de aceite es una de las tareas de mantenimiento fundamentales para cualquier conductor, y debe hacerse con regularidad. También cuando el coche ha estado sin uso durante unas semanas para evitar sorpresas desagradables al ponerse de nuevo al volante.

Y si se han cumplido los kilómetros establecidos por el fabricante desde el último cambio, hay que acudir al taller para renovar el lubricante. Olvidarse de hacerlo puede suponer una avería costosa e incluso, en los casos más graves, un deterioro tal en el motor que acabe con el vehículo en el desguace. Estas son las claves para entender la situación.

¿Para qué sirve el aceite de motor?

Este elemento resulta esencial para el funcionamiento del motor. Su misión es lubricarlo y protegerlo, para lo cual crea una película entre las partes móviles que disminuye el desgaste causado por la fricción. También consigue que la temperatura de todo el bloque sea más baja.

¿Qué pasa si el conductor se olvida de este mantenimiento?

Sin entrar todavía en detalles, la consecuencia general de un lubricante en mal estado es que las partes metálicas del motor se desgastan mucho más. Además, la suciedad se va acumulando en el filtro y este termina por taponarse.

Lo más grave, en todo caso, es un aumento importante de la temperatura, que puede dañar gravemente el motor.

Cómo revisar el nivel del aceite

No se trata de ir al taller, sino de sacar la varilla y comprobar que el nivel del aceite es el adecuado. Si está bajando más de la cuenta, se debe rellenar, porque las consecuencias de un motor sin aceite son aún más catastróficas que las que ocasiona un aceite viejo. Y si el coche hace miles de kilómetros y el nivel no disminuye, también es para preocuparse: seguramente esté entrando gasolina al depósito del lubricante.

cambiar aceite
Un motor con 135.000 kilómetros al que nunca se le había cambiado el aceite.

¿Cuándo cambiar el aceite del motor?

Esto ya depende de lo que indique el fabricante. En el manual del usuario del vehículo se refleja el número de kilómetros máximos que se pueden recorrer con el mismo aceite. La horquilla es amplia: entre 5.000 y 30.000 kilómetros.

No es imprescindible cambiar el aceite con exactitud milimétrica, pero nunca hay que excederse en más de 5.000 kilómetros. El tiempo también es una buena guía: entre 3 y 24 meses, porque en un coche parado el aceite se estropea debido a la oxidación.

Por cierto, es imprescindible cambiar el lubricante junto con el filtro: en caso contrario, la operación no sirve de nada y, de hecho, causa muchos problemas.

Qué aceite usar

Una vez más, manda el fabricante. Los más usados actualmente son los multigrado, indicados con un código que marca la viscosidad tanto en invierno como en verano: 5W30 o 15W40, por ejemplo.

Si se necesita rellenar el aceite en lugar de cambiarlo del todo, no es imprescindible (aunque sí aconsejable) usar la misma marca, pero nunca hay que mezclar viscosidades. Si se hace esto, el aceite recomendado por el fabricante pierde sus propiedades y no lubrica como debe.

Hábitos de conducción

La vida de los lubricantes no depende solo del tiempo y de los kilómetros. También influye el uso del vehículo. Los trayectos cortos obligan a cambiar el aceite más a menudo, y lo mismo ocurre al moverse por lugares con temperaturas extremas. Y si el coche tiene más de 10 años, es imprescindible prestar más atención.

Cinco consecuencias concretas

Las cinco averías más graves si no se respetan los cambios de aceite y filtro son las siguientes, según la experiencia de los especialistas:

  • Desgaste prematuro del motor
  • Ruidos provocados por falta de lubricación del motor: ruidos metálicos, de los taqués y de otras partes metálicas.
  • Roturas de casquillos de biela, que necesitan el aceite para disminuir al máximo su rozamiento.
  • También, y es un poco más grave, se pueden producir arqueos de levas.
  • Y en el peor de los casos, el gripado (rotura) del motor. Esto significa que las partes metálicas rozan tanto que terminan gripándose y no permiten el movimiento.

Las reparaciones, en todos los casos, oscilan entre los 1.000 y los 4.000 euros. En los vehículos diésel hay que tener más precaución incluso. En este caso, estos despistes afectan además a los filtros de partículas y a los catalizadores.

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